UN SUEÑO?!

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El Reino Unido se despertó con un sobresalto, el corazón aún latiendo con la emoción del sueño que acababa de experimentar. Parpadeó varias veces mientras se ajustaba a la luz tenue que entraba por la ventana de su habitación. Miró a su alrededor, confundido por un momento al darse cuenta de que estaba de vuelta en su cuarto, en su propia cama.

"¿Fue todo un sueño?", se preguntó en voz alta, aún sintiendo la calidez y la paz que había experimentado en ese mundo onírico. Observó cada detalle de su habitación familiar: las paredes adornadas con cuadros históricos, los muebles de madera maciza y la luz matutina que se filtraba por las cortinas.

Un suspiro escapó de sus labios mientras recordaba las palabras reconfortantes de su hijo mayor y la sensación de amor y aceptación que había llenado su corazón en el sueño. Se sintió momentáneamente desorientado, como si aún estuviera en la transición entre dos realidades.

Pero conforme la claridad de la vigilia se imponía, el Reino Unido se dio cuenta de que el parque, su hijo y las emociones intensas que había experimentado pertenecían al mundo de los sueños. Aunque el sentimiento perduraba, entendió que ahora debía enfrentar la realidad del día que amanecía frente a él.

Con una mezcla de melancolía y determinación, se levantó de la cama y se acercó a la ventana. Observó el tranquilo paisaje urbano que se extendía más allá de su casa, sintiendo una renovada apreciación por la vida y por los lazos que compartía con su familia, incluso más allá de los límites del sueño.

"Todo fue un sueño", murmuró para sí mismo, asintiendo con la cabeza mientras una sonrisa triste se dibujaba en sus labios. Respiró profundamente, preparándose para enfrentar el día con la misma fortaleza y el mismo amor que había experimentado en su sueño.

El Reino Unido se encontró en un estado de profunda confusión emocional al despertar y darse cuenta de que todo había sido un sueño. Las imágenes del parque, las palabras reconfortantes de su hijo mayor y, sobre todo, el amor no correspondido de Argentina lo inundaron de una tristeza abrumadora.

Se sentó en la cama, sintiendo un nudo en la garganta y los ojos ardiéndole por las lágrimas que amenazaban con salir. "Argentina nunca me amará", murmuró con voz temblorosa, dejando que la realidad de esa verdad le golpeara con fuerza. La idea de que sus sentimientos no fueran correspondidos por el país al que había dedicado parte de su corazón le parecía devastadora.

Recordó con claridad cómo en el sueño, Argentina mostraba un afecto que ahora parecía inalcanzable y ficticio. "Pero yo amo a Argentina...", susurró para sí mismo, sintiendo cómo el peso de esa realidad se hacía aún más pesado sobre sus hombros.

Se permitió llorar, dejando que las lágrimas fluyeran libremente como una liberación emocional. Cada lágrima era un recordatorio de la distancia entre lo que anhelaba y lo que era verdaderamente posible.

Pero entre las lágrimas, el Reino Unido encontró una determinación silenciosa. Sabía que, aunque Argentina no pudiera amarlo de la manera que él deseaba, aún podía encontrar consuelo en el amor y la conexión que tenía con otros lugares y personas, como Egipto.

Con esa comprensión, se secó las lágrimas y respiró profundamente. Aceptó que la vida a menudo nos muestra lo que anhelamos en los sueños, pero la realidad puede ser más complicada y, a veces, más dolorosa. Sin embargo, estaba decidido a llevar consigo la lección de aceptación y a encontrar la fuerza para seguir adelante con el amor y la aceptación mutua que había experimentado, aunque solo fuera en un sueño.

El Reino Unido se despertó de repente, el recuerdo fresco y vívido del día en que había presenciado a Argentina y Egipto besándose inundó su mente. Se quedó inmóvil en la cama, con los ojos fijos en el techo mientras revivía la escena una y otra vez.

Recordó el parque soleado donde había estado paseando, cuando de repente vio a Argentina y Egipto en una esquina apartada, compartiendo un momento íntimo que lo dejó aturdido y con el corazón roto. La sorpresa inicial había sido seguida por una mezcla de emociones complejas: decepción, confusión y un dolor profundo.

"¿Cómo podría haberlo visto...?", murmuró para sí mismo, sintiendo cómo las emociones se agolpaban en su pecho. Había sido un día como cualquier otro, hasta que ese momento cambió su percepción del mundo y de las relaciones entre los países que tanto amaba y con los que tenía vínculos históricos y diplomáticos.

Se incorporó lentamente, con la mente llena de preguntas sin respuesta. "¿Qué significa esto para nosotros?", se preguntó en voz alta, consciente de la complejidad de sus sentimientos hacia Argentina y Egipto, así como de las implicaciones políticas y personales de lo que había presenciado.

Caminó hacia la ventana y observó el amanecer, buscando consuelo en la familiaridad del paisaje urbano que se extendía más allá. Aunque el dolor y la confusión persistían, también sabía que debía encontrar una manera de seguir adelante, de reconciliar sus sentimientos y de entender cómo podría afectar su relación con ambos países en el futuro.

Respiró profundamente, decidido a enfrentar este nuevo desafío con la misma dignidad y comprensión que había guiado sus acciones en el pasado. Aunque el camino por delante parecía incierto, estaba dispuesto a encontrar la claridad y la aceptación necesarias para avanzar.

My Little Omega/UsperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora