|~ Capítulo 4 ~|

315 20 3
                                    

Habían pasado varios días desde que llegué a la mansión. Todos han sido muy atentos y amables. Me di cuenta de que los señores Ivanov viajan mucho, por lo que no están en casa muy seguido.

Hoy los chicos me dijeron que me llevarían a recorrer un poco el pueblo y me llevarían al mall para comprar algunas cosas escolares como el uniforme y útiles, y aparte comprar ropa para llenar el gran clóset.

Ahora estoy buscando ropa para ponerme, ya que, como dije, vamos a ir al mall. Elegí una blusa rosita de manga larga con escote en V que tiene botones, una falda de tablones blanca y unos converse de botita del mismo color que la blusa. De bolsa escogí una color blanco chiquita que se puede colgar en el hombro. En el pelo no me hice mucho, solo lo peiné un poco y lo dejé suelto.

Salí de la habitación hacia la cocina. Antes de llegar, coloqué mi bolsita en el perchero del lado de la puerta de entrada. Ya en la cocina, busqué un poco de fruta en el refrigerador y saqué un tupper con betabel. Esto me iba a salvar la vida, ya que muero de hambre y puedo ponerme un poquito de color en los labios, pues funciona también como un labial natural. Premio doble para mí.

Empiezo a pasarme la betabel por los labios como si fuera un labial para darles color y que no se vean tan pálidos. Ya después me la como, y así hago hasta que veo que están con el suficiente color para no parecer anémica. Me termino la betabel y empiezo a lavar el tupper cuando escucho pasos y voces acercándose a la cocina.

—¿Cat? ¿Qué haces? —preguntó curioso Nikolai.

—Lavando un tupper, ¿por qué?

—¿Sabes que hay gente a la que le pagamos por hacer eso, verdad? No tienes por qué hacerlo.

—Ohh—sentí como mi cara se volvía roja como un tomate — Yo... lo sé, solo no me acostumbro a este tipo de vida.

—No te preocupes, es normal, supongo —respondió apenado.

Se veía lindo. Traía unos pantalones de jean y una blusa blanca básica junto con una chaqueta de la misma tela que el pantalón.

—¡Vamos, apúrense! No queremos que se nos haga tarde y tenemos que comprar muchas cosas. Vamos, caminen ya, ya, ya —una Alessia muy desesperada nos habló desde la puerta de entrada, haciendo que saliera de mi pequeño trance y caminara hacia donde estaba, no sin antes agarrar la mano de Nikolai y llevarlo conmigo.

—Ya vamos, perdón —dije apenada.

Salimos de la mansión y nos montamos en una camioneta. Dentro estaban los chicos faltantes. Nikolai entró y, como no había más asientos, me tuve que sentar arriba de él. El camino al mall no fue incómodo, aunque nadie hablaba y solo se escuchaba música de fondo. El ambiente se sentía agradable y cálido.

Cuando llegamos, todos bajamos del coche y nos dirigimos hacia lo que es la entrada.

Dios mío, esto es súper grande. Hay demasiada variedad de tiendas y restaurantes.

—Bien, empecemos por los útiles, luego el uniforme y por último la ropa —esta vez el que tomó la palabra fue Alessandro.

Y así fue. Estuvimos más de tres horas buscando útiles escolares y el uniforme escolar, una tortura si me lo preguntan. Lo único bueno es que la falda me llega a medio muslo y hay tres tipos de estilo, así que no es tan malo. Después de eso, empezamos a ver tiendas de ropa. Los chicos me ayudaban a elegir y metían cada cosa que les gustara al carrito. Cuando terminamos de ver casi todas las tiendas, ya casi era hora de la comida y los chicos propusieron ir a algún restaurante de acá del mall, por lo que acepté. Maverick le habló a alguien para que recogiera las bolsas que llevábamos y pudiéramos comer tranquilos, ya que llevábamos muchas bolsas en las manos. Todos traíamos como mínimo tres bolsas cada uno. Ya que vino el chico a recoger las bolsas, empezamos a ver todos y cada uno de los restaurantes y nos decidimos por uno de comida italiana.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 16 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

| ~ Adoptada ~ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora