Javon
Miriam y yo llegamos a casa después de caminar por unos minutos, ya que Jaden decidió quedarse en la fiesta, cosa que me molestaba después de lo que había pasado.
"Aunque eso me dejaba claro que él no sentiría nada por Miriam"
-¿Seguro que estás bien?-pregunto una vez nos paramos delante de su habitación-No me gustaría que no duermas por estar mal.
-Creo que estoy bien-dice con la voz temblorosa.
-Si necesitas algo ya sabes dónde está mi habitación-le digo con intenciones de marcharme para dejarla descansar.
-Espera-dice agarrándome del brazo.
Su mano temblorosa está caliente y una sensación extraña me recorre el cuerpo.
-Quédate conmigo esta noche-pide casi en un susurro-Por favor.
Analizo sus ojos y veo como están cristalinos, notando también la vergüenza de haberme pedido algo así.
Sin decir nada, le sonrió intentando tranquilizarla y me acerco hacia ella de nuevo, viendo que da pasos hacia atrás y abre la puerta. Ambos entramos y volvemos a cerrar la puerta.
Los dos llegamos a la cama y sin quitarnos la ropa ni abrir las sábanas, nos tumbamos encima.
Estaba muy nervioso, esta vez sería la primera durmiendo con una chica, aunque no fuéramos a hacer nada raro claro.
Me tumbo boca arriba mirando al techo y cuando estaba a punto de quedarme dormido, la cabeza de Miriam se apoya en mi pecho y siento como poco después sus manos rodean mi cuerpo, haciendo que las mías rodeen su cuerpo también y ambos nos fundamos en un abrazo cómodo.
Cuando nos despertamos ya había pasado la hora de comer, y suponíamos que no nos habían llamado por lo poco que habíamos dormido, así que ambos bajamos a la cocina en busca de algo.
-¿Que te apetece?-pregunto mirando en la nevera con Miriam detrás.
-La verdad que no tengo ganas de nada, estoy triste-confiesa ella, y claro que lo sabía, se notaba en su cara.
Una idea me pasa por la cabeza, haciéndome sonreír y mirarla. Ella levanta una ceja, sin entender a qué venía mi cambio de humor, ya que yo tampoco estaba muy bien.
-¿Hacemos pizza?-pregunto viendo que una leve sonrisa se asoma en su rostro.
-¿A estas horas?
-Si, hacemos la masa y de paso nos distraemos un rato-explico agrandando la sonrisa más.
Sabía que a la castaña le gustaba cocinar para animarse, lo solía hacer en videollamada conmigo antes de venir aquí.
-Pues ves sacando las cosas, yo voy a poner música de fondo-dice un poco más animada.
Al cabo de unos minutos, ya se nos había olvidado lo que había a nuestro alrededor. Amasábamos nuestras masas y la de Daelo, que se había unido a nosotros pidiendo que le hiciéramos una.
-¿La siguiente canción se llama corazón sin cara-nos informa Daelo con un español muy mal pronunciado.
Miriam da un mini grito y emocionada se gira a mirarme.

ESTÁS LEYENDO
El intercambio
FanfictionUn creadora de contenido decide cursar su último curso en un año de intercambio, conociendo a los Walton, la familia con la que se quedaría. Al paso del tiempo se da cuenta de sus sentimientos hacia uno de los gemelos. ¿Pero que pasaría si el otro...