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TaeHyung daba vueltas en su cama, los rayos del sol apenas entraban por su ventanal y lo despertaban de apoco, suspiró cuando por fin abrió sus ojos a la par, era otro sábado más.

Buscó su móvil entre el desorden de sus enormes almohadas y lo encendió cuando por fin lo encontró.

— Buenos días, Kookie — dijo de forma dulce al ver su fondo de bloqueo

Revisó sus notificaciones y no encontró algo que llamara su atención, no tango como el mensaje de su pelinegro favorito.

Revisó sus notificaciones y no encontró algo que llamara su atención, no tango como el mensaje de su pelinegro favorito

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Claro que iría a pasar la tarde con su mejor amigo, amaba pasar tiempo con él. Además, estaba buscando algo de inspiración para su nuevo proyecto y estaba seguro de que encontraría esa inspiración en JungKook, no se habían visto desde hace un par de semanas y moría por verlo.

Después de ducharse y desayunar panqueques de miel, se encargó de vestirse de manera sofisticada y con el ligero toque de colores que lo caracterizaban. Sonrió y tomó su libreta de dibujos junto a algunos colores que podría utilizar, rápidamente salió de su departamento y se encaminó a casa de su mejor amigo.

Durante el trayecto hizo memoria todos sus pensamientos más importantes, en todos estaba presente JungKook. A TaeHyung le empezó a gustar su mejor amigo al año de haberlo conocido, ambos compartían materia en el tercer trimestre de sus carreras y ahí fue cuando se conocieron, forjaron una amistad y Tae se fue enamorando. Siempre le resultó difícil querer confesarse, por lo que, no decía nada y se conformaba con ser su amigo, además el pelinegro nunca le dió señales de que estaba interesado en alguien más.

Era obvio que jamás le diría sobre sus sentimientos, pero le gustaba fantasear con que era novio del hermoso pelinegro tatuado.

Al llegar a casa de JungKook, tocó la puerta dos veces seguidas y su mejor amigo no tardó en salir, una toalla cubría sus caderas y otra descansaba sobre sus hombros.

Tae

— Kook — sonrió

Vamos, pasa, ha sido bastante tiempo y tengo que contarte algunas cosas

— Primero ve a cambiarte, pareces un ogro recién duchado — dijo TaeHyung tratando de disimular sus nervios

JungKook se río y asentó con la cabeza.

— Vale, regreso en un instante

Kim jugaba con sus dedos mientras observaba el departamento, aparentemente no había nada nuevo, hasta que llegó a una esquina del mueble en el que descansaba el televisor, no sabía si su vista fallaba o estaba siendo paranoico, pero claramente lo que descansaba ahí era una liga de cabello rosa.

JungKook apareció en la sala sacándolo de todos sus pensamientos, lo miró a su mejor amigo y sonrió de nuevo.

Vi que estuviste pintando algo nuevo ayer —dijo JungKook

𝙈𝙤𝙧𝙚 𝙩𝙝𝙖𝙣 𝙛𝙧𝙞𝙚𝙣𝙙𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora