II: Malvaviscos.

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Pocos días habían pasado desde la última conversación entre Takeda y Yamada, pero ella cumplió sin problemas la promesa que le había hecho a ese aparente desconocido

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Pocos días habían pasado desde la última conversación entre Takeda y Yamada, pero ella cumplió sin problemas la promesa que le había hecho a ese aparente desconocido.

Pasó algún tiempo persuadiendo al profesor Washijo para que aceptara un partido de práctica contra Karasuno. Finalmente, logró concretarlo tras acordar con el profesor Tanji ayudarle con el papeleo.

Takeda se sintió increíblemente emocionado cuando recibió la llamada desde Shiratorizawa aceptando el partido de práctica. Corrió a informar a sus chicos. Sería el viernes de esa misma semana, así que tendrían algo de tiempo para entrenar antes del encuentro con aquella renombrada preparatoria.

Ese tiempo les fue bastante útil para acoplarse al nuevo entrenador y su forma de trabajar. Se trataba del profesor Ukai Keishin, quien tenía un hambre insaciable de victoria.

El equipo de Karasuno entrenaba hasta el cansancio, mientras que Shiratorizawa, aunque menos exigente, era igualmente implacable. Ambos equipos estaban decididos a derrotar al rival.

Finalmente, llegó el día señalado. Los cuervos llegaron temprano para pasear un poco por las instalaciones de su rival.

Takeda Ittetsu se acercó a la cafetería junto a Ukai Keishin, conversando sobre estrategias para el partido de práctica. No se quedaron mucho tiempo, pues debían ir rápidamente al gimnasio.

Una vez allí, y tras asegurarse de que ninguno de sus chicos se había perdido, comenzaron el precalentamiento. Takeda observaba a Keishin desde su lugar en la banca, junto a Shimizu. Sin embargo, algo más llamó su atención.

Contra todo pronóstico, había una chica del lado de Shiratorizawa, acomodando botellas de agua mientras sostenía algunas carpetas.

Era bastante alta, superándolo por varios centímetros, lo que le daba una presencia imponente. Su cabellera azabache caía en cascada sobre sus hombros, brillando suavemente bajo la luz, y otorgándole un aire de serenidad y misterio. Sus ojos, de un profundo color avellana, observaban con una mezcla de calma y curiosidad, siempre atentos a su entorno.

Vestía una blusa blanca, ligeramente holgada, que acentuaba su elegancia natural y le confería una apariencia etérea. Las mangas sueltas y el tejido suave fluían con cada movimiento, aportándole un toque de delicadeza. Combinaba la blusa con unos pantalones oscuros que realzaban su figura esbelta y proporcionada.

Takeda solo necesitó unos segundos para detallarla, pero se sintió pequeño a su alrededor. Rápidamente, decidió observar en dirección de cualquier otra persona.

Por su parte, los ojos de Yamada se encontraron con los dos profesores que no reconocía. Se trataba de dos hombres, uno más alto que el otro.

El más alto tenía el cabello rubio y una pequeña sonrisa en su rostro, dejando de lado cualquier rasgo que pudiera ser intimidante. Vestía una chaqueta negra, característica del equipo Karasuno, que contrastaba vivamente con su cabello dorado. Una diadema del mismo color mantenía su cabellera larga y desordenada en su lugar. Sus ojos, de color avellana, reflejaban una competitividad intensa.

Lecciones de Amor || Takeda Ittetsu × Fem!OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora