"Los Siete Reinos tienen a una reina... y esa soy yo"
› En dónde Jaehaerys quiere lo mejor para el reino... pero, sin querer, provoca una guerra entre Rhaenys y Viserys por la corona.
Rhaenys X Viserys
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Una noche podía crear algo maravilloso entre dos almas. Los futuros reyes se hallaban juntos, escapados del palacio, recorriendo las calles iluminadas de King's Landing bajo su cielo nocturno. Ambos deseaban huir lejos de toda la amargura del momento sin seguir cargando el peso de las consecuencias de su compromiso.
Todo inició simplemente por unos golpecitos inofensivos a la puerta junto a una invitación inocente.
—¿A dónde me llevas? —preguntó Rhaenys, interrumpiendo el silencio incómodo entre ambos, tomando el valor de hablar ahora que estaban a una distancia considerable del palacio.
Doblaron por un callejón vagamente iluminado.
—¿Uh? —Viserys se trabó al hablar, le era difícil en ese momento; tampoco era capaz de mirar el rostro de su acompañante —. Simplemente vamos a dar un paseo para conocer mejor nuestra ciudad —carraspeó, juntando valentía a pesar de solo decir palabras sencillas —. O... ¿acaso hay un lugar al cual quieras ir?
La respuesta, de alguna forma, hizo que Rhaenys se quejara internamente de su futuro marido, pero también que agradeciera su idea al ser bien intencionada.
—No, gracias.
—Bien.
—Ajá...
Viserys se maldijo en su cabeza. Era consciente de la necesidad de una buena comunicación para aclarar el desastre de la propuesta matrimonial. Tenía que actuar ahora mismo.
—Rhaenys, no fue mi intención... —Viserys se interrumpió a sí mismo, aun con la mirada fija en sus zapatos —... que las cosas se salieran de control.
Era difícil explicar las cosas. Viserys no quería decirle a Rhaenys, o no de momento, que Jaehaerys estaba pensando en casarla con un lord viejo que era incluso mayor que el propio rey, quizá enojado por el rompimiento del compromiso con Lord Velaryon, así que tuvo que actuar de forma rápida. Pero tampoco el príncipe sabía toda la historia ni sus detalles más oscuros.
—¿Salirse de control? —Rhaenys frenó en seco, encarando la situación, dejando salir una pizca de su amargura —. ¿Así llamas a pedir mi mano en matrimonio, frente a la gente más influyente del reino, sin consultarme absolutamente nada? —clavo las uñas en el hombro de Viserys, usando un agarre fuerte —. ¿Qué esperabas que ocurriera, entonces?
Cuando quería, Viserys se dió cuenta, Rhaenys podía hacer sentir el poder que tenía. Pero no retrocedió ni se permitió muecas de dolor. La princesa era su prometida, su amiga, su familia, su responsabilidad, así que no iba a tenerle miedo.
—Igualmente todo salió como quería —Viserys la miró a los ojos por un momento —. Pronto seremos esposos, ¿eh?
—¿Es que querías casarte conmigo? —Rhaenys repitió con incredulidad, frunciendo las cejas. Sus palabras casi fueron una burla.
