"No pensé enamorarme, pensé que mi mundo ya no sería igual después de eso... qué equivocado estaba. Porque apenas la vi, sentí que no debía dejarla ir"
🪷| Yuuta Okkotsu x Reader
🪷| No adaptaciones, No copias.
🪷| 100% Original.
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Tristeza es el sentimiento que te provoca llorar por horas, encerrarte en tu mundo sin que nadie te moleste, es el sentimiento que te hace pensar y decir cosas sin sentido, es el sentimiento que hace que tú cuerpo actúe por si solo. ¿Pero...?, ¿De dónde viene la tristeza?. Para los niños, tal vez perder su juguete favorito, para los jóvenes, tal vez la falta de atención de sus padres. Para los adultos, quizás una infidelidad de su pareja. Hay muchas formas de generar ese sentimiento. Demasiadas, pero la que causa mi tristeza hoy en día, es no poder tenerte, tocarte, sentir tu voz. Me carmome el alma saber que ya no estarás ahí sonriendome, y esperándome como siempre. Y solo surge una pregunta en mi cabeza, esa pregunta que me hace sentir culpable. ¿Por qué tú? _
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-¡Renuncio!, ¡Me niego a volver a cuidarlo!-Grito alterada aquella mujer de cabellera rubia, hacia una de las secretarias.
Aquella mirada café de la chica castaña, paso a ver aquella escena, como todos los demás que pasaban por ahí. Era la cuarta en la semana que renunciaba a tratar aquel chico. No entendía el porque de tanto alboroto por un paciente, ¿Qué tenía de malo?.
La voz de su amigo azebache interrumpió la mirada curiosa de la castaña, aquella voz burlesca proveniente de el, sacaba de quisquio a la castaña, era sorprendente, ¿Una psiquiatra perdiendo la paciencia fácilmente con alguien?, no era algo común de ver.
-¿Qué pasa?, ¿Interesada por ese paciente?-Burlo el azebache.
-¿Qué?, no,no. Claro que no, ¿Por qué estaría interesada en aquel paciente Ariel?-Hablo la castaña, ahora mirando los papeles en su mano.
-Mmh, porque conozco lo que tengo de amiga, y se que muy en el fondo estás interesada en saber de quien se trata-Hablo con simpleza el azebache tomando de su café.
-Claro que no, si no me han dado el caso para tratar a quien sea que este ahí, entonces, no es de mi incumbencia lo que le pase...-
-Uhh, deberías de buscar mejores palabras para dar a entender que no estás interesada en el chico, esas que acabas de decir, se podrían malinterpretar, ¿Te imaginas donde te escuché el doctor?-Dijo en tono burlesco el azebache, antes de que la castaña respondiera. Este hablo.-Nos vemos mañana en la mañana, me toca turno de noche hoy... Adiós, y cuídate ___.
La castaña solo se despidió con su mano, camino de vuelta a su oficina, tenía que guardar aquellos papeles de su ex-paciente. Trabajar en un centro psiquiátrico no es nada bonito, tenía que cuidar tanto la salud mental de sus pacientes, como la de ella. Y eso es algo que no todos los psiquiatras de aquí logran.
Guardo aquel informe en una de las gavetas de su escritorio, así quitando su bata blanca, aquella que utilizan los doctores. Ahora rumbo a su hogar, no dejaba de pensar en lo que le había dicho su amigo.
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"-¿Qué pasa?, ¿Interesada por ese paciente?-Burlo el azebache.
-¿Qué?, no,no. Claro que no, ¿Por qué estaría interesada en aquel paciente Ariel?-Hablo la castaña, ahora mirando los papeles en su mano.
-Mmh, porque conozco bien lo que tengo de amiga,y se que muy en el fondo estás interesada en saber de quien se trata-Hablo con simpleza el azebache tomando de su café."
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Odiaba tener que aceptar lo que su amigo había dicho, si estaba interesada en saber quién era aquel paciente. Moría de ganas saber porque cada semana, la o el Psiquiatra que lo atendía salía mal. Con ganas de no querer volverlo a ver en su vida.¿Qué había en aquel paciente?, ella era nueva en aquel centro psiquiátrico, apenas se traslado ahí. Agradecía internamente que no la hayan quitado de su puesto anterior. Jefa de aquellos doctores psiquiátricos. O bueno de la mayoría, pues habían otros jefes. A parte de ella.
Llego a su hogar, donde fue muy bien recibida por sus dos mascotas. Teo y Pequi, ella lo sabía, eran nombres que no eran comunes aquí en Japón. Dónde acababa de mudarse, y dónde comenzaría a trabajar en aquel centro. Agotada dejo caer su cuerpo en el sofá de su casa, con sus ojos cerrados. De verdad que era agotador. Quería ducharse, comer y dormirse. La noche anterior le había tocado turno de noche. Eso era lo que detestaba de trabajar. Un mensaje a su celular llegó. Era de Ariel, diciendo que revisara su correo. Con pereza camino a su cuarto, mientras sus mascotas la seguían. Abrió su portátil. Sus ojos se abrieron a más no poder.
«¿Qué significa esto?, ¿Es una broma?»
Envío aquel mensaje a su amigo, ¿Qué ganaba enviándole el informe de un paciente?.
«Es el informe del paciente de la doctora de esta tarde.»
Recibió el mensaje de su amigo, suspiro para ella misma, dejando el portátil ahí, adentrándose al baño para darse una ducha.
Las horas pasaron. Ya había comido, estaba acostada en cama tratado de conciliar el sueño, no podía, la razón, estaba pensando si abrir y leer aquel informe del paciente. Si antes odiaba a su amigo, ahora lo detestaba, ¿Cómo se le ocurría enviar aquel informe a ella?, aunque la verdadera pregunta era. ¿Cómo había hecho para conseguirlo?.
Solo será una pequeña vista, no pasará nada,¿Verdad?.
