𝐎𝐛𝐬𝐞𝐬𝐢𝐨𝐧|Yuuta okkotsu x reader

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No supe el porque comencé a desearte, no supe la razón de querer tenerte para mí. Y tampoco supe en qué momento comencé a tener estos instintos de querer matar a ese asqueroso amigo tuyo. Ariel.

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La mirada del ojeroso se posaba amenazadoramente en el de cabellos azebache. ¿Por qué tenía que estar aquí?, ¿Por qué tenía que hablarte con tanta intimidad?. Lo odiaba, quería matarlo, sentía que estaba robando lo que era suyo.

Hablabas de lo más normal con tu amigo Ariel, quien había venido a visitarte, solo para asegurarse que estuvieras bien, claro, no te molestaba para nada que el viniera y te visitará, pero si te molestaba el hecho de que el preocupara de más.

-Yuuta está bien, está mejorando, y eso que tiene ya dos semanas aquí. -Susurro la castaña, con una pequeña sonrisa tomando su taza de café.

- Eso es suficiente, yo podría decirle a el rector y al dueño del centro que todo está bien. Y que ya puede ir a su casa. Ya no es necesario que lo tengas aquí.

- Eres muy dramático, ¿Sabías?. Son tres meses a mi cargo, no le pasará nada a el, ni a mi.

Suspiro, cerrando sus ojos, ¿Por qué debía preocuparse tanto por ella?. Solo es su amiga, nada más a pasar entre ellos, le molestaba esa preocupación que el tenía sobre ella, era casi como un hermano preocupado, e incluso como un novio celoso.

- Pero, cambiando de tema. ¿Qué ha pasado en el centro?, ¿Algo nuevo?.

- No realmente. -Suspiro Ariel, jugueteando con la taza de café en sus manos.- Aunque es aburrido ya que no tengo con quién hablar, no al menos como lo hacía contigo, ¿Sabes?.

- Pff, encontrarás a alguien con quién hablar pronto.

- ___, ¿Estas bien?... -Pregunto Ariel, de repente.

La castaña levanto una ceja. -¿A qué te refie...

- No mientas, no haz dejado de mover tu pierna desde que llegué.

Soltaste un suspiro, y miraste a Yuuta, quien estaba en el patio jugando con Teo y Pequi, era cierto, no estábas bien, desde que Yuuta había llegado aquí, habías tenido sueños tan reales, a su parecer.

Qué pequeña e ingenua ___, si tan solo supiera, que eso no son sueños.

- Nada. - Respondió después de un largo rato. - Solo... Que, me he encariñado con Yuuta, y el solo hecho de pensar que cuando acaben los tres meses el vuelva a su hogar... Bueno, me entristece.

Ciertamente, no era mentira lo que decía, se había encariñado con Yuuta, más de lo que quería aceptar.

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