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El sonido de su puerta siendo abierta llama su atención; finge estar dormido y espera, atento incluso al más mínimo sonido y dispuesto a pelear contra aquel individuo que irrumpe en su habitación. Los pasos se acercan más y más, hasta que llega junto a él y Shouto se levanta con rapidez con la intención de someter al individuo.
El sujeto parece que ya conocía sus movimientos, pues fácilmente esquiva su intento de someterlo, y lo sujeta contra la cama presionando sus manos por encima de su cabeza y colocando una mano sobre sus labios. Silencio.
—Shhh.
Shouto ni siquiera trata de forcejear cuando ve a Touya encima de él. Fue él quien irrumpió en su habitación, lo cual es extraño en realidad pero tampoco dice nada, y su cuerpo se relaja al instante en que el mayor le sonríe.
—Vamos. Hay que darnos un remojo —le guiña el ojo y se aparta, dándose la vuelta sin esperarlo.
Shouto se siente confundido por sus palabras y más aún por la hora. Es noche, deberían dormir, pero Touya es igual a un gato; con un horario nocturno y eligiendo dormir durante el día en vez de la noche. Es curioso, pero así es él, y Shouto lo ama.
Se levanta de su cama y sale detrás de Touya. No se molesta en cambiarse el pijama porque era un short deportivo y una camisa azul. No es que él vaya a entrar al agua, sólo le hará compañía a su hermano.
Ambos son silenciosos cuando pasan frente a las habitaciones donde su familia duerme. Enji había planeado unas vacaciones familiares y allí estaban, en una casa con piscina a solo unos metros del mar. Era lindo y agradable, sobretodo porque no hubo algún inconveniente (al menos hasta ahora).
Bajan hasta la piscina, y la temperatura climática es cálida y agradable. No hace frío, pero puede jurar que tampoco le gustaría entrar al agua.
Mira directamente como Touya se para junto a la piscina, y sin problema alguno se quita la polera que lleva y la tira sobre el suelo. Su ancha espalda y trabajado torso quedan a la vista de Shouto, que ni siquiera es capaz de desviar la mirada, apreciando el excelente cuerpo que su hermano tiene.
—¿Linda vista? —pregunta Touya.
—¿Eh? —el rostro de Shouto se enrojece. ¿Touya lo ha pillado viendo?
—El mar es hermoso ¿No? —aclara Touya, pero la sonrisa en su rostro hace que Shouto dude de si en verdad hablaban de la vista del mar.
—Sí, lo es —responde.
Shouto mira hacia el mar, manteniendo la mentira que había dicho. Sin duda no hablaba del mar, pero no se lo dirá al mayor.
El agua salpica a todos lados cuando Touya se lanza a la piscina, mojando a Shouto apenas un poco. Es suficiente para que el menor retroceda unos pasos y se siente sobre una de las sillas que rodean la mesa junto a la piscina.
