AU: Sin quirks, híbridos, no incesto, Shoto no es un Todoroki, furro, humanos-mascota, etc.
Temas a tratar: TouSho, Yaoi/BL, Touya Top, Shoto Bottom, celo, soft/hot, Lemon, +16, Furro, humanos híbridos, diferencia de edades, temas que pueden incomodar a algunos lectores, etc.
Tema: Presente.
Narrador: Omnisciente.
Disfruten la lectura😺
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Touya dormía plácidamente sobre su cama, dejando que el ruido matutino lo relajé, aunque no podía llamarlo así por los sonidos comunes de la ciudad; claxons, autos, personas y muchas más cosas. Eso era bastante molesto, pero quizá, luego de unos meses, ya estaba acostumbrado.
- Meow.
O sí, lo había olvidado, ese “pequeño” pero mínimo detalle. Su mascota que siempre iba todas las mañanas a despertarlo, se sentaba en sus cuatro patas sobre su hombro y comenzaba a lamer su rostro con su rasposa y húmeda lengua, eso no le molestaba, en lo absoluto, le provocaba cosquillas y no lograba despertarlo del todo, era entonces cuando el peso del mínimo pasaba a ser uno más grande, y ese pequeño de pelaje tomaba la forma de un cuerpo humano que se sentaba sobre su cuerpo, con las rodillas flexionadas a cada costado de su cintura y las manos apoyadas sobre su pecho.
- Amo.
Escucho ese llamado, una voz suave y serena le llamo, mientras el híbrido gatuno se inclinaba ligeramente al frente para acercarse al adormilado rostro de su amo, olfateando un poco para asegurarse que seguía vivo, antes de pasar su lengua sobre el labio superior del pelinegro, seguido restregando su naricita contra la de su dueño.
- Mhm... aún es temprano, ve a dormir un poco más, Shoō –murmuró perezoso el mayor, sin querer abrir los ojos.
- Son las diez de la mañana, amo.
Tal declaración hizo que el azabache casi se levante de la cama de golpe, chocando ligeramente contra el bicolor quien solo pudo cerrar sus ojos debido al impacto que recibió por el mayor.
- Uhg... lo siento, Shoō, no quería chocarte –colocó una mano sobre la cabecita del menor, acariciando entre sus esponjadas orejas a modo de disculpa.
- Está bien, amo.
- Ya te he dicho que no me llames así –sonrió el mayor con despreocupación–. Puedes decirme Dabi, sabes que me gusta más que me llames así.
El híbrido ronroneo en respuesta, cerrando sus ojos un momento, dejando que las caricias del mayor lo relajen.
Dabi miró hacia la pared y recordó lo tarde que era, apenas atinó a sacar a Shoto de encima suyo con cuidado para levantarse y correr a su armario, tomando su ropa de trabajo, entrando al baño a cambiarse.
Shoto parpadeó varias veces, antes de dirigir su mirada a la puerta del baño, era raro ver a su amo así de apurado, parecía llevar prisa así que no le diría nada hoy para no interrumpir su ajetreado día. Simplemente se quedaría en casa a dormir y ningun problema se acumularía.
