Paso el día y no deja de pensar en lo sucedido, era sensacional tener una amiga como ella. Andrea era fabulosa, que una chica no te juzgue por tus gustos peculiares era fabuloso y Andrea era así.
No sólo no me juzgaba sino que tampoco le molestaba que hiciera lo que hacía con sus pies. Pensé en mandarle un mensaje pero... estaba comenzando a sentir algo por ella. Simplemente lo sabía, puse la radio para distraerme pero cada canción que pasaba me recordaba a ella.
Si pudiera bajarte una estrella del cielo. Lo haría sin pensarlo dos veces. Porque te quiero, ay
Y hasta un lucero. Y si tuviera el naufragio de un sentimiento. Sería un velero en la isla
De tus deseos, oh. De tus deseos, oh
Tenía que animarme, si no que clase de chico sería. Tomé el celular.
- Hola, cómo estas?
Paso un rato antes de que me contestará.
A- Bien bien, siguen mis pies algo mojados a lo próxima te pido que los seques antes de irte.
- Si a la otra
A- Cómo que otra?
- Pues dijiste tu que a la próxima, entonces abra otra, no?
A- Jajajajaja que tramposo, bueno primero invítame un café.
- otro? Está bien me parece, ¿Qué te parece mañana?
A- Más despacio velocista, jajajaja el primero fue para conocernos ahora este es para... mis pies. Aún así te lo acepto pero primero quiero darte algo, que sea en una semana, te parece?
- Okeeeeey?, ¿qué me quieres dar?
A- Es un sorpresa tonto.
- Ojalá sean tus pies.
A- Tú si que no pierdes el tiempo eh.
- No puedes juzgarme, ya me conoces.
A- Eso sí, pero bueno... entonces no preguntes que no te dire, en una semana lo veras.
- Bueno, el siguiente sábado, en el starbucks de la plaza.
A- Va, la hora después la decidimos.
- Si claro, esa puede ser después ya en la escuela nos podremos de acuerdo.
A- Si me parece, ahora te dejo que tengo que limpiar mis pies.
- oooo sí?, no quieres mostrarme?
A- JAJAJAJAJA no, ahora adiós
La verdad me sentía mejor, era una sensación de tranquilidad que aliviaba mi preocupación, ella bromeo y me dio paso a otra lamida a sus pies, no le molestaba o parecía que iba a decir algo. Ahora tenía una salida con ella.
Paso el domingo sin nada peculiar, no hablamos tanto ya que no me anime a mandarle un mensaje pero si pase el tiempo pensando en lo que había ocurrido y en su rostro tan bello.
Llego el lunes y fui a la escuela deseoso de la clase de karate del martes, sabía que podría ver a Andrea que la verdad esperaba comentar o solo saber que estamos bien. Digo lo sabía pero aún así sentía mas seguridad si me viera al rostro y lo confirmaba.
Quería hablarle otra vez, digo paso un día pero... no sé, ella realmente me gustaba. Al final no le mandé el mensaje.
Pase todo el día pensando en sus pies, eran bastante hermosos y sexys, el sabor era delicioso, justo como me gustaba. Sus pies eran bastante coquetos al igual que ella.
Ella era asombrosa, valiente, dedicada y amable, no cualquiera tenía esas cualidades.
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La chica del karate
FantasyUn día llego a mi clase karate una chica que cambiaría mi vida