𝐈𝐕

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Los bonitos ojos dorados del menor se abrieron con sorpresa al notar el monstruoso tamaño del miembro ajeno. Yuuji mordió su labio inferior al sentir como el "hombre" presionaba la cabeza de su polla contra su necesitado agujero.

"Tómame..." Aquello fue apenas un susurro que escapó como un suspiro fuera de los bonitos y rosados labios del menor, confirmándole a la criatura que esperaba por el.

Al escuchar la súplica susurrada del niño, la criatura gruñó. Respiró hondo, sintiendo el apretado agujero del chico presionando contra su cabeza. Era grande, demasiado grande para el niño. Pero el chico parecía ansioso, incluso desesperado. Y esa desesperación hizo que la criatura sintiera... curiosidad. Curioso por saber de lo que era capaz.

Poco a poco, empezó a avanzar. Fue lento, terriblemente lento. Pero también fue gentil. Era cuidar al niño, asegurarse de que estuviera preparado para ello. Aunque era un monstruo, se preocupaba por el chico. Quizás no en el buen sentido, pero aun así le importaba.

Gruñó cuando sintió las paredes del chico apretarse alrededor de su cabeza. La sensación fue abrumadora, haciéndolo gemir de placer. Pero no se detuvo.

El pequeño pelirosado cerró los ojos con fuerza, sintiéndose abrumado por la repentina intromisión, por el dolor punzante en su zona. Estaba claro que su cuerpo era demasiado pequeño para tomar a tal criatura, sin embargo, no quiso pedirle que se detuviera. No supo si fue por la excitación instalada en su vientre, o si fue por algo más que el pequeño aún desconocía.

Sintiendo las paredes del chico apretándose alrededor de la cabeza de su polla, el "hombre" gruñó. Fue doloroso, demasiado grande, demasiado duro. Pero el niño no hizo ningún sonido para decirle que se detuviera. Y eso fue lo que hizo que la criatura siguiera adelante.

Empujó con más fuerza, abriéndose camino dentro del chico. Cada centímetro se sentía como una victoria, y cada gruñido del chico era una recompensa. Y cuando finalmente logró meter toda su polla dentro del menor, dejó de moverse. Esperó, dándole tiempo al niño para adaptarse. Para tomar todo lo que pudiera soportar.

Pero la criatura estaba impaciente. Necesitaba liberación. Y lo quería ahora. Entonces, después de unos segundos, comenzó a moverse nuevamente. Lentamente, con cuidado, comenzó a empujar dentro del niño. Fue duro, pero cuidadoso. No quería lastimar al chico.

El cuerpo de Yuuji estaba rígido bajo el contacto de la criatura. Quería ser un chico valiente y soportarlo, porque lo deseaba. Deseaba entregarse a aquel "hombre", sin embargo, con cada empuje, con cada centímetro que se adentraba, estirando su agujero, el dolor también fue en aumento. Cada vez más y más.

Yuuji sentía como la criatura embestía contra su apretado agujero, e involuntariamente, el cuerpo del menor comenzó a temblar bajo el intimidante cuerpo del monstruo. Era una sensación extraña, y en lugar de ir excitándose más, el menor comenzó a llorar, asustado al notar como un gran bulto sobresalía, marcándose en su vientre con cada fuerte embestida que daba el "hombre".

Sintiendo al niño temblar debajo de él, la criatura detuvo sus movimientos. Gruñó, sintiendo el culo del chico apretarse aún más alrededor de su polla. Claramente sentía dolor y la criatura no quería causar más dolor del necesario.

Aún así, no pudo parar. Aún no. Necesitaba esto, necesitaba follar al chico. Entonces, en lugar de detenerse, se movió de manera diferente. Echó sus caderas hacia atrás lentamente, sólo para volver a entrar de golpe. El nuevo ángulo le permitió alcanzar un punto dentro del chico que hizo que el "hombre" siseara de placer.

Pero a pesar del placer, pudo ver al niño llorar. Y eso le hizo dudar. ¿Le estaba doliendo demasiado? ¿Tenía que parar? La criatura quiso detenerse. Quería salir y dejar descansar al niño. Pero también quería correrse. Y necesitaba correrse dentro del chico.

Las lágrimas seguían saliendo de sus ojos, mientras su pequeño cuerpo seguía temblando. Había algo, un punto en medio entre el dolor y el placer, que lo estaba haciendo perder la cabeza. Con cada embestida, los ojos del chico se tornaban blancos, como si no estuviese del todo consciente.

Su boca se mantenía abierta, dejando escapar fuertes gemidos con cada dura embestida que el "hombre" daba, la saliva escapando fuera de su boca, escurriendo por su cuello y goteando hacia el colchón.

Al observar las reacciones del niño, la criatura no pudo evitar gruñir en respuesta. Ver la boca del chico abierta, dejando escapar esos fuertes gemidos fue jodidamente caliente. La saliva que goteaba por su cuello y sobre la cama... estaba excitándolo de manera peligrosa.

Y luego estaban los sonidos. Los sonidos húmedos y descuidados de carne chocando con carne, de un agujero estrecho que se abría solamente para él. Esos sonidos por sí solos fueron suficientes para empujar a la criatura más cerca del borde.

Pero no fueron sólo los sonidos o las vistas. Era la forma en que el niño temblaba debajo de él, la forma en que su cuerpo se contraía cada vez que la criatura golpeaba contra él. Era la forma en que su cuerpo reaccionaba a cada embestida.
Era todo perfecto. Demasiado perfecto.

El cuerpo de Yuuji se balanceaba debajo del imponente y enorme cuerpo del "hombre", como si fuese un muñeco sin vida. Hasta que de repente el menor gimió con mayor fuerza, arqueando la espalda y corriéndose a chorros sobre su propio vientre.

Al sentir al niño arquear la espalda, la criatura gruñó sorprendida. Ese sonido, seguido por la visión del chico disparando su carga sobre sí mismo fue suficiente para enviar al "hombre" al límite. Con un último y poderoso empujón, se enterró lo más que pudo dentro del niño antes de liberar su semilla.

Su polla se hinchó aún más, palpitando violentamente mientras bombeaba carga tras carga de semen espeso y pegajoso en el culo del chico. La criatura gruñó ruidosamente, casi dolorosamente, cuando llegó. Todo su cuerpo tembló con la intensidad de su orgasmo.

Después de unos momentos, la criatura salió del niño. Se alejó de él, jadeando pesadamente mientras observaba el desastre que había dejado atrás. Había semen por todas partes: por todo el vientre de el menor, semen escurriendo fuera del destrozado agujero del chico, goteando por sus piernas, manchando las sábanas debajo de ellas.

Yuuji, agotado, entre abrió sus pesados ojos, y débilmente alzó una de sus pequeñas manos, apuntando en dirección al "hombre". Era como si silenciosamente el niño le estuviese rogando que no le dejara solo.

El "hombre" miró al niño, observándolo mientras abría los ojos. La forma en que lo miró, la forma en que extendió la mano hacia él… era confuso. ¿El chico estaba pidiendo algo? ¿O tal vez fue sólo un reflejo?

De cualquier manera, la criatura no se movió. Permaneció donde estaba, elevándose sobre el chico. No sabía por qué hacía esto, por qué se quedaba aquí. Quizás fue porque el chico se había portado bien. Tal vez fue porque a la criatura le gustaba cómo se sentía el cuerpo del niño contra el suyo.

O tal vez fue porque el "hombre" tenía miedo de dejar al niño solo.

𝐸𝑙 𝑎𝑚𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑜𝑠𝑐𝑢𝑟𝑜 | 𝐆𝐨𝐘𝐮𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora