Pecado del zorro -HIATUS-

Capitulo 3: CH 2: Esta es Mi Academia Inmortal!

¡Capítulo 2: Esta es Mi Academia Inmortal!

Izuku miró a All Might por un minuto sólido antes de que su cabeza se moviera hacia la izquierda en confusión mientras levantaba una ceja.

"Heredar? ¿De qué demonios estás hablando All Might? Te vas senil o algo así?" Preguntó el adolescente, pensando que estaba escuchando cosas.

"No, no me voy senil." El hombre respondió un poco indignado. "Soy consciente de que la identidad de mi peculiaridad es un tema muy candente en Internet, y que asumen que es una fuerza cruda o algunas tonterías. Pero ese no es el caso." Explicó, obteniendo una mirada curiosa del inmortal frente a él.

"Qué es el caso, entonces?" El niño interrogó, doblando los brazos sobre el pecho.

"No nací con este poder, es una antorcha sagrada que me fue otorgada por otra persona." Todo podría explicarse, con los brazos extendidos.

"Quien whoa whoa! ¡Espera!" Izuku dijo, agitando las manos en un esfuerzo por hacerlo disminuir la velocidad. "Esto tiene que ser una broma, ¿verdad? ¡Quiero decir que va en contra de todo lo que sabemos sobre peculiaridades! Quiero decir en serio..." Comenzó a decir antes de comenzar a divagar lentamente mientras los pensamientos y las teorías zumbaban en su cabeza. Este era un hábito que tenía como consecuencia de su lado cerebral.

'Está empezando a pensar demasiado.' El hombre flaco pensó con una gota de sudor. "QUIT NERDIN' OUT!" Gritó para sacar al inmortal de sus pensamientos. "Es verdad. Puedo darte mis habilidades. Este poder mío, su verdadero nombre es: Uno para Todos. Es una peculiaridad que almacena el poder a medida que se transmite, mejorando las peculiaridades de quienes lo ejercen en el proceso. Si ya tienen uno." El héroe explicó, mientras su mano extendida brillaba con luz.

"Uno para Todos? Qué se supone que es una referencia de Tres Mosqueteros o algo así?" Preguntó Izuku en un tono inexpresivo.

All Might suspiró en exasperación. 'Hombre, este chico es una nuez difícil de romper.' Pensó. "Joven, la razón por la que te digo esto es porque he estado en una larga búsqueda de un sucesor para dar uno para todos. Había planeado ir a la UA por un candidato, es decir, hasta que me encontré contigo hoy."

"Realmente?" El niño interrogado, todavía escéptico.

"Sí. Cuando todos esos héroes se quedaron de brazos cruzados, corriste hacia el peligro de salvar a ese niño, a pesar de que estabas seguro de que en tu nivel actual no podrías hacerlo." La rubia asintió. "Eso es lo que hace a un héroe, saltando contra viento y marea para salvar una vida, que es lo que mostraste."

"Así que después de ver eso, quieres que sea tu sucesor?" El niño inmortal preguntó con una ceja levantada antes de dejar escapar una risita. "Muy bien, entonces." Asintió.

"No hay renuencia, es bueno escuchar." El símbolo de la paz sonrió. "Bueno, mañana, nos vemos en la playa de Dagaba temprano en la mañana. Es allí donde comenzaremos tu entrenamiento."

"Lo tienes." El niño respondió con un guiño antes de caminar a casa.

Cuando finalmente llegó a casa, el niño cayó al suelo mientras dejaba escapar un aliento tembloroso y finalmente dejó que sus emociones lo alcanzaran antes de comenzar a llorar suavemente, tanto en alivio, alegría y un poco de dolor persistente.

Fue entonces cuando su madre vino del interior de la cocina y vio a su hijo donde estaba actualmente. Inko Midoriya no era muy diferente de cuando ella era la primera vez que llevó a su hijo a examinar y registrar su peculiaridad. Era delgada, con un atractivo conjunto de curvas femeninas que definitivamente la harían el sueño de cualquier hombre. Un suave culo en forma de melocotón y un busto de copa C con todas las características que lo acompañan.