Todo pasaba tan rápido y el chico no estaba en condiciones de escuchar a su madre hablar más. "¡Steve! ¿Qué haremos? ¡Ellos están buscándote!", hablaba en serio. Steve no comprendía cómo su madre, que juraba amor maternal hacia él, dudaba. Aunque con tantas pruebas, el propio Steve se preguntaba si él lo hizo.
Para Steve, su madre solo era una mujer histérica que gastaba el dinero que su padre les enviaba para llenar su vacío emocional. Así que todo esto quedaría en manos de él, pues solamente él era su apoyo y tal vez un loco Dylan.
Esta vez el dinero de su familia no lo ayudaría. La forma en que esos policías lo miraban era burlesca. Lo tenían claro: querían a Steve tras las rejas, y él no les permitiría que lo humillaran de esa manera. Antes muerto. Y no eran solo palabras, eso también lo tenía claro Steve.
El chico tomó sus cosas y salió para investigar un poco sobre cómo todos en el pueblo habían tomado la noticia. Pero al parecer, muy bueno para Steve, nadie tenía conocimiento del caso, cosa que agradecía, pues aún podía ir libremente sin que lo miraran mal.
Al llegar a casa de Dylan, una casa pequeña con una vista no muy pintoresca y una mecedora fuera en la que ellos dos solían jugar cuando niños, lo recibió.
“Déjame entender, Stevele”, Steve le había contado hasta el más pequeño detalle. Claro que para Dylan no era sorpresa que Steve fuera a ese lugar. “¿Te están acusando de matar a dos personas junto al lago Willsboard y tus herramientas las tiene la policía como prueba?” El chico estaba harto de repetirlo. “Sí, eso dije”, Dylan lo miró curioso. “¿Y… no lo hiciste tú?” Esas palabras calaron hasta en el chico sin sentimientos. “¡Qué mierda, Dylan! ¿Cómo puedes creer que lo hice yo?” Dylan se levantó. “Oye, oye, tranquilo. Mira, solo fue una pregunta. Sabes que confío completamente en ti. Es solo que, bueno, la policía también interrogó a mi abuela hoy por la mañana y no me agradó. Pero tranquilo, sé que no lo harías jamás.” Dylan sonrió abrazándolo, y Steve quedó perdido en sus pensamientos que más podría hacer si nisiquiera Dylan podía confiar en el.
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Aquel Verano
Short StoryLlega el verano y solo se puede pensar en una cosa: descansar. Sin embargo, ¿qué pasaría si en tu pueblo comenzaran a suceder cosas extrañas y a los ojos de todos fueras el único culpable?