Parte 7: El ladrón y el trovador

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Mientras caminaban por el bosque, Arianwyn se acercó a Rufus y le preguntó en voz baja: "¿Qué le dijiste al conde, de verdad?".

Rufus le guiñó un ojo, con una sonrisa traviesa. "Bueno, eso es un secreto solo para él y para mí", dijo, con una risa burlona. "Pero te aseguro que fue algo absurdamente importante... y muy divertido".

Xivra, sonrió con encanto y dirigió su mirada penetrante hacia Rufus. Con una voz suave y melancólica, comentó: "Ya sé lo que pasó. Debe de tratarse de algo parecido a lo ocurrido cuando nos conocimos, ¿verdad?" Su tono sugería que guardaba un recuerdo vívido de aquel encuentro, y una leve sonrisa curvó sus labios al recordar la astucia y el encanto del ladrón que se había unido a él en aquella aventura.

Todos se echaron a reír de nuevo, disfrutando del momento de camaradería y diversión. Sabían que todavía tenían muchos desafíos por delante, pero por el momento, estaban contentos de estar juntos y libres.

El grupo de aventureros caminaba por el denso bosque, con Arianwyn Lintalas liderando el camino. Sus ojos azules brillaban con determinación, mientras su cabello plateado se balanceaba suavemente con cada paso que daba. Rufus, el ladrón astuto y encantador, caminaba a su lado, con una sonrisa traviesa en su rostro.

"¿Sabes, Arianwyn?", dijo Rufus, con una mirada divertida. "Hay una historia interesante detrás de cómo conocí a Xivra".

Arianwyn levantó una ceja, intrigada. "Oh, ¿en serio? Cuéntamela".

Rufus se acomodó en su posición, preparándose para contar la historia. "Bueno, resulta que en una de mis travesuras en la ciudad, me topé con un hombre adinerado que estaba desesperado por descubrir si su esposa le era infiel".

"¿Y tú le ayudaste?", preguntó Arianwyn, con una mirada escéptica.

"Por supuesto que no", dijo Rufus, con una risita. "Pero le hice creer que sí. Le dije que investigaría el asunto y que le daría una respuesta en pocos días".

"¿Y qué pasó luego?", preguntó Arianwyn, cada vez más interesada en la historia.

"Bueno, resulta que la esposa era completamente fiel", dijo Rufus, con una sonrisa. "Pero el hombre estaba tan obsesionado con la idea de la infidelidad, que no iba a conformarse con una simple respuesta negativa".

"Entonces, ¿qué hiciste?", preguntó Arianwyn.

"Ahí es donde entra Xivra", dijo Rufus, con una mirada nostálgica. "Resulta que Xivra era un trovador que actuaba en la taberna donde solía ir. Y tenía una habilidad increíble para crear historias y mentiras convincentes".

"¿Entonces, los dos se unieron para engañar al hombre?", preguntó Arianwyn.

"Exactamente", dijo Rufus, con una sonrisa. "Le dijimos al hombre que su esposa estaba teniendo una aventura con uno de sus hermanos. Y para hacerlo más convincente, Xivra creó una canción completamente original sobre el supuesto romance".

"¿Y el hombre se lo creyó?", preguntó Arianwyn, con los ojos abiertos.

"Completamente", dijo Rufus, con una risita. "Estaba tan furioso y dolido, que nos pagó una cantidad absurda de dinero por nuestros 'servicios'".

"¿Y qué pasó con la esposa y el hermano?", preguntó Arianwyn.

"Nada", dijo Rufus, con una sonrisa. "Todo era mentira. Pero fue una de las aventuras más divertidas y emocionantes que he tenido sin tener que usar un arma. Y fue entonces cuando Xivra y yo nos hicimos amigos y nos unimos en muchas otras aventuras".

Rufus se acercó a Xivra con una sonrisa traviesa en el rostro y le susurró al oído: "Oye, Xivra, ¿podrías cantar esa canción que creaste para la esposa infiel?".

Xivra the bluesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora