3: La llamada.

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Aunque esa conjunción ya Draco la había previsto con anterioridad, el hecho de que su padre se lo confirmara con tanta crudeza, hacía que doliera más de los que le hubiera gustado admitir.

- Yo no quería creerte - le dijo con la voz un poco quebrada, pensar que tu madre podía hacer algo así no era fácil de asimilar - me negaba a aceptar que fuera verdad.

Amos levantó la mirada y lo observó con extrañeza, se acercó a él y le hizo una pregunta muy seria que la verdad, Draco no se esperaba.

- ¿Entonces?... Si estabas tan seguro de la inocencia de Bellatrix, ¿Por que viniste a preguntarme?

- ¿Como que por que? - le miró él un tanto enojado - ¿verte llegar ebrio, hacer un escándalo, golpear a mi madre y decir que ella se está acostando con tu hermano no te parece suficiente motivo para por lo menos preguntar?

- Pues ahora ya sabes la verdad.

- No, ahora sé tú versión de las cosas... Pero no sé cuál es la versión de mamá.

- ¡Entonces ve y pregúntale para que te mienta! - le dijo Amos enojado levantándose del sofá - ¡Ve para que te mienta descaradamente!

- ¡Por supuesto que voy a hablar con mamá, pero te voy a pedir una cosa! - le dijo Draco quien ya elevaba un poco más el tono de voz hacia una evidente molestia - ¡No, más bien te exijo que jamás le vuelvas a poner una mano encima a mi mamá!

- ¡En primer lugar tú a mí no me exijes nada, en segundo lugar, el que da órdenes en ésta casa soy yo y en tercero, si no te gusta como hago las cosas, te puedes largar de ésta casa!

- Pues preferiría irme que verte golpeando a mi mamá de nuevo, pero eso sí papá, si le pones una mano encima a mamá de nuevo, la voy a defender de ti... Y estoy seguro que Cédric y Viktor también... Y no me refiero a defenderla solo con palabras.

Draco se fue sin dejar responder a su padre quien se le quedó viendo serio a su hijo al atreverse a hablarle así.

Mientras tanto en toda la ciudad se comentaba la desastrosa fiesta de cumpleaños y en la casa de Blaise quien era el mejor amigo de Draco, él hablaba de eso junto con su hermano mayor James.

- ¿Viste como la abofeteó y le rompió la boca? - decía mientras no podía evitar poner una sonrisa sínica - eso fue épico, me encantó - luego rió un poco antes de continuar - creo que fue mi parte favorita de todo lo que ocurrió.

- Blaise, no necesitas repetir lo que pasó, todos estábamos en esa fiesta, todos lo vimos... - su hermano mayor lo veía desde la cocina, mientras batía unos huevos para hacerlos revueltos - ¡Pero por Dios! ¿Como puedes decir algo así y de paso reírte? La pobre Bellatrix pasó una vergüenza tremenda y en este preciso momento debe ser el chisme más grande y comentado de toda la ciudad.

- A mí eso no me importa - respondió mientras se levantaba del sofácama en el que estaba - yo solo quería ver una buena pelea o mucho drama y el imbécil de Viktor nos sacó, me quedé con las ganas de ver más sangre... Y un buen chisme.

James rodó los ojos en señal de fastidio y dejó el tazón con los huevos en la encimera.

- Mira ya es suficiente ¿De acuerdo? mejor cambiemos el tema, que ya esta como pesada tu actitud - le dijo mientras sacaba dinero de su billetera - Mira mejor, haz algo útil por la vida y ve a comprar el pan mientras que yo hago el relleno... ¿Sí?

- ¿Que? - Dijo con cara de fastidio - No quiero salir de la casa.

- ¿Entonces no quieres desayunar? - le preguntó James arqueando una ceja.

- Esta bien, voy... Estoy de vacaciones de la universidad y ni así puedo descansar.

Tomó el dinero, se colocó unos zapatos deportivos y tomó las llaves de la casa, pero antes de irse sonó el teléfono, quiso contestar pero James lo detuvo.

- Dejalo, vete ya, yo contesto, tú ve a comprar el pan que te pedi que se me hace tarde para ir al trabajo.

- Está bien, voy voy - se dio la vuelta para salir pero se detuvo y giró de nuevo hacia su hermano que se dirigía ya al teléfono de casa - Pero espera un momento... ¿Y si la llamada es para mí?

- De acuerdo - por segunda vez, James rodó los ojos - dejame ver quién es.

Levantó el teléfono de casa y lo acercó a su oreja.

- ¿Sí? Buenos días.

Luego hubo unos minutos de silencio y Blaise preguntó un poco desesperado y aburrido.

- ¿Y bien James?... ¿Te congelaste al lado del teléfono?... ¿Quien es?

James lo miró neutral y le contestó mientras bajaba el teléfono.

- Es Cédric, parece que aún hay problemas en su casa.

- Ah, bueno entonces me largo, no tengo nada que ver con ese idiota.

James no dijo nada, solo se colocó el teléfono en el oído mientras Blaise se iba, pero cuando su hermano salió de la casa y se le escuchó trancar el porton, James habló y cambió su voz apacible y tranquila por una de terror, angustia y rabia.

- ¿Que es lo que quieres Petunia, para que llamas?

- ¿Como que para que llamo James?... ¿Acaso creíste que nunca mas me verían o escucharían de mí? No abandonaré a mi hijo.

James simplemente no podía creer lo que escuchaba, no después de todo lo que había pasado.

- No seas sínica Petunia, te desapareces por 3 años de la vida de tu hijo y ¿luego vienes a decir que no lo abandonarás?... ¿Piensas aunque sea un poco tus palabras? - todo lo que se podía escuchar en el tono de voz de James era rabia, aunque también había miedo pero eso no pensaba demostrárselo, no a Petunia - Blaise no necesita nada de ti, para eso me tiene a mí, ¡Su hermano!

- Vamos a ver si eso continúa - respondió ella desde el otro lado con tono sínico - después de que yo le diga la verdad de... ¿Como dijiste?... ¡Su hermano!... ¿Te lo imaginas James? ¿Te imaginas que Blaise se enterara de ese secreto que tú y yo sabemos y que le cambiaría la vida para siempre?

- ¡CALLATE! - en ese momento no pudo evitar el miedo en su voz, pensar en esa posibilidad lo destruía emocionalmente - Nunca se te ocurra venir por aquí, sabes que puedo meterte presa y si no le e hecho es porque él nunca me perdonaría que metiera a su propia madre a la cárcel, pero no me retes, tú eres su madre pero afortunadamente no la mía, así que si te apareces... Voy a hablar de lo que me hiciste.

- No, no lo harás, porque si tú hablas yo también hablaré y aunque vaya a la cárcel, nada sera peor que vivir con el odio de Blaise.

- ¡BASTA! Solo dejanos en paz.

James colgó abruptamente el teléfono y golpeó la mesa varias veces con él al sentirse frustrado y atrapado, una lágrima se asomó por su rostro y se llevó una mano a la cara para intentar calmarse.

- Cálmate James... tranquilo... Eso no va a pasar, Blaise nunca va a saber la verdad, no puede... Ese secreto me lo voy a llevar a la tumba... Si Blaise llega a enterarse de la verdad, jamas me lo perdonará.

- ¿James?

A James estuvo a punto de salirsele el corazón cuando escuchó la voz de su hermano que había regresado, sintió los pies fríos y el escalofrío recorriendo su espalda.

- ¿De que estás hablando?... ¿Que es eso de lo que yo no me puedo enterar y porque jamas te lo perdonaría?

James se quitó lentamente la mano de la cara y miró hacia Blaise, completamente petrificado sin saber que responder, solo podía ver la cara de su hermano allí, frente a él, con aquel gesto de que estaba esperando una respuesta.

El peso de la sangre (Efímero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora