Caos

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Castiel se sentía culpable, él había dejado que eso pasará, él dejó que Dean lo besara y lo tocara de la manera en que lo hizo. Él disfrutó estar con Dean, disfrutó cada maldito segundo, cada toque, cada roce de labios, todo fue totalmente consensuado porque ni por un segundo pensó en detenerse. Y era cierto, amaba a Dean, lo amaba como no podía amar a nadie más, era un amor que arrasaba con todo a su paso, destruyendo todo aquello que Sam había construido dentro de él.

El amor con Sam se sentía como mariposas y campos dorados, se sentía como el cielo mismo. En cambio el amor con Dean Winchester se sentía abrazador, como un bosque que te consume y desorienta; se sentía como el infierno, familiar y peligroso.

Pero todo era un caos y estaban a menos de una semana de la boda y pensar siquiera en retrasarla era como traicionar a Sam, más de lo que ya lo había hecho. Castiel debía seguir adelante, los sentimientos por Dean debían volver al lugar oscuro del que salieron.

Sin embargo decirlo era más fácil que hacerlo, más aún cuando Dean parecía empedernido en hacer cualquier cosa para provocarlo.

Primero comenzó como pequeñas coincidencias, Dean tomando el mismo libro que Castiel, sus dedos rozándose cada que tenían la oportunidad, Dean tomando el asiento mas cercano a Castiel.

Pero luego escalaron a cosas mayores, un Dean medio desnudo cruzándose con Castiel en el pasillo, los pies de Dean jugueteando con los de Castiel debajo de la mesa. Y el punto de quiebre, ese día donde para Castiel fue imposible resistir la tentación, él había estado tomando una ducha en la bañera comunitaria cuando Dean abrió la puerta y sin reparar en Castiel comenzó a desnudarse.

Como si desnudarse fuera poco, Dean tomó la ducha al lado de Castiel, solo una pared cubría la mitad de sus cuerpos pero dejaba al descubierto lo suficiente como para que Castiel sintiera la tentación, la necesidad, de cruzar ese espacio y ser tomado por Dean. Su omega interior arañaba sus paredes mentales y deseaba con todas sus fuerzas tocar al alfa a su lado.

Sin pensarlo, pero sin arrepentirse demasiado, Castiel comenzó a segregar su olor, al principio paso desapercibido ya que el agua se llevaba gran parte de él, pero conforme pasaban los segundos la habitación comenzó a llenarse de su olor necesitado.

—Quien diría que después de todo buscarías un alfa. —La arrogancia en su voz era seductora y molesta por igual.

Castiel ignoró las palabras de Dean y casi como si fuera un cortejo entre adolescentes, dejo que su olor fluyera aun más, quería provocar a Dean, ver cuanto podía resistir.

Dean lo miró desde el otro lado de la pared, el cuerpo de ambos comenzó a sonrojarse con el deseo contenido. La experiencia de Dean con los omegas era tanta que sabia que Castiel estaba completamente mojado y no estaba hablado solo de la ducha.

Se miraron a los ojos y en el siguiente momento Dean también estaba dejando que su olor flotara por el aire y congeniara con el de Castiel. Fue una danza lenta y agonizante donde los dos olores luchaban entre si para llegar a su destinado.

En algún momento Dean simplemente cerró la ducha y fue desnudo hasta donde estaba Castiel. Por un momento ambos cuerpos residieron bajo el mismo chorro de agua, pero lo que había en los ojos de Dean ya no era deseo, era ira, la más pura que pudiera existir.

—No se quien te crees para meterte entre mi hermano y yo, pero estoy seguro que esa boda no se realizaría si le dijera todo lo que hemos estado haciendo. —Dijo Dean en un tono de voz bajo. Castiel quisiera decir que se sintió intimidado, lastimado incluso, pero todo lo que sintió fue más deseo, deseo por este mortal que se atrevían a amenazar a un ser celestial.

—Qué me preocupe por tu hermano es lógico, voy a ser su esposo. —Respondió Castiel, queriendo ver más de esa ira.

—Ah ¿sí? —Sin previo aviso Dean agarró el miembro duro de Castiel y lo bombeo un par de veces, lo que saco un gemido del ángel. —Dile eso a tu amiguito.

Sin más Dean se retiró a su propia ducha y siguió su rutina. Castiel por otro lado trato de esconder a su “amiguito” mientras salía de la ducha hasta su habitación. Cuando se miró al espejo su rostro seguía rojo y su pene aun estaba demasiado duro por lo que tuvo que masturbarme con la imagen de Dean desnudo en mente.

Durante las siguientes semanas el tiempo en la ducha, que siempre había significado relajación, ahora significaba deseo y cada vez, Castiel se tocaba pensando en Dean.

………………………….

El cerebro humano está lleno de matices, estas matices siempre han sido incomprensible para cualquier estudioso. Un día podías estar sufriendo y al siguiente estar feliz, en un momento de impulsividad podías querer dejar todo, y al siguiente luchar por todo. Dean jamás comprenderá porque su mente era tan cambiante, siempre con una nueva emoción a la vuelta de la esquina. Hace no mucho Dean dijo que dejaría lo de el y Castiel por el bien de su hermano, luego odio a Castiel y trató de provocarlo y hoy esta aquí, harto. Su mente era un caos.

Dean estaba harto, harto de ser la segunda opción, si es que era alguna. Harto de ver como Sam y Castiel seguían felices y en marcha con la boda cuando sabia que Castiel se masturbaba pensando en él; que lo amaba a él.

Con cada día más cerca de la boda Dean se sentía más desesperado, no sabía cómo hacer que la boda o sus sentimientos se detuvieran. Mucho menos cuando llegó la cena de ensayo.

A Dean le parecía una estupidez ensayar algo así y ni siquiera encontraba el sentido, pero Sam le había pedido que estuviera ahí y pese a todo, no podía luchar contra los ojos de cachorro de su hermano menor.

Sin embargo, como todo en su vida, no podía afrontarlo sin un poco de alcohol por lo que se tardó unos minutos de más en el bar. Esos minutos le valieron para llegar tarde a la cena y no va a admitirlo, pero mientras se sentaba casi volcó la silla.

La cena fue emotiva, todos estaban dando grandes discursos sobre la pareja y sobre lo que significaba un matrimonio. Todos excepto Dean porque al parecer los novios lo habían considerado solo un adorno bonito en la mesa. Esta nueva molestia hizo que Dean ingiriera más y más alcohol.

Para cuando llego el final de la cena todos habían dicho palabra alguna y Dean estaba lo suficientemente borracho como para levantarse y golpear fuertemente su copa.

Se aclaró la garganta antes de hablar y trato de mantener el equilibrio. —Quisiera decir algunas palabras para mi hermanito, mi querido Sammy. Él siempre fue más listo que yo, a decir verdad la mayoría de personas siempre lo han preferido. —Sam lo miró entre confundido y divertido. Dean continúo con su parloteo. —Cas no fue la excepción, nop. El lindo Cas también prefirió a mi hermano sobre mi. —Hubieron algunos rostros avergonzado y pudo ver como Claire se golpeaba la cabeza. —Incluso después de que casi tuviéramos sexo.

—Dean. —Siseó Jody con el rostro rojo, el resto de la mesa parecía querer estar en cualquier otro lugar, en especial Castiel.

Dean movió su copa en dirección a Jody y volvió a hablar. —Hoy quisiera brindar por este bello matrimonio que ni siquiera dejo que el hecho de que Cas y yo fuéramos destinados, impidiera la ceremonia.

—Tu copa esta vacía. —Señaló alguien de la mesa y Dean se dio cuenta que así era.

—B-Bueno, voy a llenarla y vuelvo.

Sin más, Dean se dirigió a trompicones al bar del lugar dejando atrás una mesa de invitados y conocidos llena de preguntas y caos.

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⏰ Última actualización: Jun 19 ⏰

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Amor o instinto [Destiel/Sastiel] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora