Esa agradable visita por parte de los niños del Centro de Adopción San Nicolás fue motivo para que Fernando Alonso, piloto de Ferrari, reconsiderara la idea de formar una familia.El sueño del español siempre había sido ese, formar una familia, pero tenerla demandaba mucho tiempo, cosa que en ese momento no tenía, aunque quisiese.
Los pilotos de la escudería se encargaron de guiar el recorrido por toda la fábrica deteniéndose cada que un pequeño tenía una duda o cuando uno de ellos necesitaba ayuda con las agujetas de sus zapatos.
Esa visita había sido una dosis de alegría pues las ocurrencias que decían de vez en cuando los hacía reír a carcajadas.
Hasta el final del grupo iba un niño de grandes ojos cafés que no paraba de moverse nerviosamente. Fernando notó que el pequeño no decía nada y siempre estaba jugando con sus manitas.
- Oye ¿estás bien? - preguntó el español una vez que se agachó para quedar a su altura.
- ¿Puedo tomar su mano? - preguntó con timidez mientras mantenía su mirada en el suelo.
- Claro - Fernando se enderezó y ofreció amigablemente su mano, el pequeño la tomó - ¿Cómo te llamas?
- Lance
- Wow, que lindo nombre - el español sonrió - ¿Cuántos años tienes Lance?
- Cinco - dijo mientras le extendía su manita mostrándole su pequeña palma.
- Vaya, eso es mucho - Lance asintió con una enorme sonrisa.
- ¿Y usted? - preguntó curioso.
- 29
- ¿Así? - Lance abrió ambas manos moviendo sus pequeños deditos.
El español río - No, más
- ¡¿Más?! - Lance abrió grande sus ojos.
Para casi la mitad del recorrido, Lance ya se encontraba siendo cargado por el español. Mientras Fernando explicaba el funcionamiento de algunas partes del monoplaza, el pequeño no paraba de picarle la mejilla, esto no lo hizo molestar, sino que lo hizo soltar una que otra risita a media explicación.
Terminada la visita, las cuidadoras batallaron por separar a Lance de Fernando.
- ¡No me quiero ir! - gritaba entre llanto - Me quiero quedar aquí - Lance se aferraba fuertemente al cuello del español.
- No puedes quedarte bebé, tienes que volver con tus compañeros - el mayor sobaba suavemente la espalda del pequeño tratando de calmar su llanto - Puedes volver cuando quieras, pero por ahora tienes que irte
Lance negó una y otra vez - No quiero
Fernando decidió tomar asiento en el enorme autobús para esperar a que Lance se calmara o se durmiera, lo que sucediera primero.
Una hora pasó hasta que todo estuvo en silencio, el hipogeo se detuvo y Fernando supo que Lance se había quedado dormido. Un sentimiento de tristeza lo invadió cuando recostó al pequeño sobre los asientos y dejó un tierno beso en su frente.
Una vez bajó del autobús, se despidió con la promesa de que se volverían a ver.
Fernando estaba nervioso, sus manos sudaban y sus piernas temblaban levemente. Lo peor ya había pasado, pero aún sentía esa sensación de mareo.
Fue un proceso difícil y bastante tedioso, pero con la ayuda de familiares y amigos logró lo que siempre soñó.
- ¡Fernando! - Lance, de ahora 7 años, dejó caer su juguete y corrió hacia el español en cuanto lo vio. La voz del pequeño hizo a Fernando salir de sus pensamientos y cambiar su cara de nerviosismo y preocupación por una de inmensa alegría - Te extrañé mucho - dijo una vez se encontraba rodeado por los brazos del mayor.
- Yo también te extrañé mucho - repartió varios besos sobre toda la carita del menor, había extrañado tanto a ese pequeño - Traje algo para ti - Lance se separó del mayor. Fernando le entregó una bolsa de regalo roja - Ábrelo
El menor abrió rápidamente la bolsa y de ella sacó una pequeña tarjeta.
"Gracias por darle sentido a mi vida"
Tomó con fuerza la tarjeta y metió nuevamente la mano a la bolsa. Un grito se hizo presente en el lugar, el español le había regalado una hermosa gorra de Ferrari firmada. Lance de inmediato se la puso y abrazó con fuerza al mayor agradeciéndole todo lo que había hecho por él y, sobre todo, por haber cumplido su promesa de regresar.
Ya en casa, Fernando le mostró al menor su habitación. Había una enorme cama que se veía bastante cómoda, juguetes por doquier y sobre una repisa una gorra de cada escudería firmada por sus respectivos pilotos. Fernando le había puesto mucho amor a cada detalle en esa habitación y esperaba que a Lance le gustara.
- ¿Todo esto es mío? - preguntó el menor con asombro.
- Sí, todo esto es tuyo
Lance recorrió la habitación con timidez - ¿Ahora somos una familia?
- Por supuesto que somos una familia
Lance sonrió en grande y con más confianza se acercó a la enorme caja de juguetes para buscarle un nuevo amigo a su Spiderman.
El mayor salió de la habitación dejándolo solo. Todo se sentía bastante irreal, ahora había un niño que dependía de él y que necesitaba de todo su amor y atención.
Nunca se había imaginado que todo sucedería de esta manera.

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Little Lance | Strollonso
FanfictionUna visita a la fábrica de Ferrari hace que la vida de Fernando de un giro inesperado. Unas mejillas regordetas, unos enormes ojos cafés y una personalidad introvertida roban por completo el corazón del español. Una segunda oportunidad para Lance y...