1: El Comienzo Del Dolor

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Omnisciente

La manera de vivir de cada persona es diferente. Algunos viven infancias felices dónde viven al máximo cada segundo, pero también existen infancias dolorosas dónde lo único que puedes hacer es "Resistir".

El dolor y el sufrimiento son cosas muy distintas. Jimin lo sabe muy bien.

14 años atrás


Un precioso ser humano que portaba unos hermosos rizos castaños, piel blanca y unos resplandecientes ojos color miel llenos de vida con un hermoso brillo en sus pupilas se dirigía hacia su primer día de clases a sus tres años de edad en el jardín de niños, algo así como una guardería.

Todo era demasiado nuevo para él, no entendía varias cosas, pero le parecía divertido e interesante todo lo que veían sus ojitos curiosos.

Aprendió algunas canciones divertidas e hizo nuevos amigos.

Cuando escuchó el timbre de salida para volver a casa, observó atento como su mamá se acercaba a la maestra encargada del grupo en el que él había estado hace unos minutos, ella le preguntó sobre la conducta de su hijo el día de hoy a lo cual la maestra le confesó que no había ningún problema para ser el primer día, el niño era muy tranquilo e inteligente.

La mamá complacida por lo escuchado salió junto a su hijo de ese lugar.

En todo el camino hacia su casa repitió las canciones que había aprendido en su primer día de clases.

Te voy a enseñar que debes bailar como baila el sapito dando brinquitos.

Al llegar a su casa el pequeño se sentó en el suelo y se dedicó a ver sus caricaturas favoritas, pero al notar que el televisor era apagado repentinamente frente a sus ojos decidió dirigir su vista hacia su mamá mirándola confundido notando que ella tenía el control en su mano.

¿Por qué lo habrá apagado? ¿Acaso las baterías se dañaron?

Confundido decidió preguntar con su preciosa vocecita.— ¿Por qué la apagas, mami?

La mamá no contestó.

El pequeño niño se levantó del suelo luciendo curioso por la actitud extraña de su mamá. Abrió ligeramente sus ojos luciendo sorprendido al observar que su mamá tenía varias cosas en sus brazos como cartulinas, lápices, colores, libretas y unos pequeños libros que se veían un poco pesados.

— Siéntate.— le ordenó su mamá a lo que él obedeció de manera rápida sentándose en una silla.

Se encogió asustado en su lugar cuando notó como su mamá arrojaba algunos libros a la mesa produciendo que la mesa resonase por el sonido de los libros al ser golpeados contra la madera.

Todo pasó en cámara rápida. De un segundo a otro su mamá había pegado varias cartulinas por toda la sala de la casa con lo que eran, el abecedario, tablas del número 1 al 1000 en sucesiones y las tablas de multiplicar. Él no entendía absolutamente nada. Lo único que hizo en su primer día de clases fue jugar con sus compañeros y aprenderse nuevas canciones para niños.

¿Por qué su mamá traía todo eso?

Ella abrió frente a él algunos libros pequeños que contenían ejercicios, demasiados ejercicios y sin poder evitarlo sus manos comenzaron a sudar por su nerviosismo repentino.

¿Qué se supone que debería hacer?

Solo había sido el primer día. El primero.

Tratando de no lucir tan nervioso por la situación en la que se encontraba se animó a hablar, aunque no pudo evitar tartamudear.— Pe-pero la maestra n-no nos dejó tarea, mami.

CURAME  (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora