16: Comida

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— ¿Seguro que no quieres ir a la enfermería?— me insiste.

— No, estoy bien, en serio.

Saco la pelota de mi mochila y comienzo a jugar con ella.

— ¿Quieres hablar de ello?— niego lentamente mientras le escucho suspirar.

— No eres el único que guarda secretos que no puede contar.

— ¿Qué debo responder a eso?

— No lo sé, solo quería decirlo.— no contesta.— Gracias por ayudarme a controlarme.

— Fue un impulso, estabas sufriendo un ataque de pánico y fue lo primero que se me ocurrió hacer.— juega con sus manos sobre su regazo.

— Y lo agradezco, sé que es muy difícil para ti acercarte a los demás, y cuando me viste así te acercaste y no dudaste en ayudarme. En serio lo agradezco.

— No sería tan mala persona para no hacer algo al respecto.

El silencio incómodo volvió y nadie habló minutos después.

— ¿Quieres comer algo?— apartó su vista de su libro y me miró.

— No gracias.

— Pero no has comido nada, puedo pedir algo.— ofrecí.

— No tengo hambre.— arrugo mi frente mirándolo confundido.

— Traeré algo de todos modos.— lo oigo bufar.

Camino hasta llegar a la barra de comida. Observo que comienzan a sacar lo que venderán hoy. Miro a la tía de Lalisa, ella me ve y le sonrío cuando la veo venir hacia mí.

— Hola, cariño ¿Qué necesitas?

— Hola, Jannine.— saludo.— Quería ver si me podrías vender algo de buena comida para mí y mi amigo de allá.— ella voltea su rostro y mira a mi acompañante.

— Claro, escoge lo que tú quieras, ya sabes dónde están las bandejas.

— ¿Puedes darme mi platillo favorito?— ella suspira negando y vuelva a la cocina. Minutos después ella vuelve con una hamburguesa con papas en un plato.

— Solo no le digas a nadie.— pide.— La partí en dos.— asentí agradecido.

— No lo haré.— le susurro.— Gracias.

Coloco mi plato en la bandeja y tomo otro plato donde pongo fruta y una pasta. Tomo dos botellas de agua y vuelvo a la mesa.

— Mira lo que traje.— le digo.

Él mira la bandeja y su rostro cae.

— N-no tengo hambre.— dice una vez más.

— El jugo de manzana no te llenará.— digo mientras tomo un pedazo de la hamburguesa.

— No estoy acostumbrado a comer este tipo de cosas.— me aclara. Dejo lo que tenía en mis manos en el plato nuevamente mientras me reacomodo en mi lugar.

— ¿Entonces que comes?— frunzo mi ceño.

— Esto no.

— ¿Por qué?

— No lo sé.

— Pues anda, pruébalo.— niega de inmediato. Suspiro y  decido poner en práctica mi plan b.— Tengo otra cosa en mi mochila, tal vez te podría gustar. Es para que tengas algo más en tu panza.

Abro mi mochila y saco una de mis cosas favoritas.

La extiendo y veo como su rostro palidece.

— Aleja eso de mi.— alejo el plátano mirándolo confundido.

CURAME  (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora