Darlin', can I be your favorite? I'll be your girl, let you taste it I know what you want, yeah, just take it (take it) Darlin', can I be your favorite? Want you to tell me you crave it My name's whatever you make it (make it)
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Ari's POV
Horas, horas es lo que llevamos aquí, no sé cuanto tiempo más lo resistiré, lo juro.
—¡Chingados, abran ya!— Lloriquea mi acompañante, golpeando la puerta con fuerza. Yo la miro desde la otra esquina de la habitación, rodando los ojos ante su acción.
Hace más de dos horas que, mientras jugábamos "verdad o reto" nos hicieron entrar a este cuarto y, al parecer lo olvidaron. Desde el inicio ambas nos pusimos en lados opuestos de la habitación, yo estoy sentada cerca de una ventana, sobre algo que parece ser la ropa de Filis.
—Déjalo ya, abrirán hasta que quieran.— Opino, pero por mi tono de voz parece que es una orden más que una opinión.
Ella se gira hacia mí, y me mira con el ceño fruncido, pegando su mirada en mis ojos.
—No quiero quedarme aquí contigo, menos toda la noche.— Murmura con rabia, y puedo sentir como hierve mi sangre.
—Claro, prefieres irte con Ama, ¿no? Te chinga la madre que sea yo y no Ama quien esté aquí.— Respondo de la misma manera, y aparto la vista, concentrándome en mis manos.
—Desde ayer me andas chingando la madre con eso. ¿Qué verga traes morra?— Cuestiona, y esta vez escucho su voz más cerca, sin embargo continuo mirando mis manos sin siquiera responder. —Responde cuando te hablo.— Ordena, y esta vez alzo la mirada.
—Cállate ya, niña.— Pido en voz alta, y me arrastro hasta llegar un poco más cerca de la ventana, quedando ahora más lejos de ella.
Puedo sentir su mirada penetrando mi cuerpo, sin embargo mi orgullo y más que nada, el enojo que siento, me prohíben voltear. Pasan varios segundos en los que el silencio inunda la habitación, vacilo en sí ella se dió por vencido y volvió a su esquina, pero antes de poder girarme a descubrirlo, unos brazos me toman por atrás, jalándome de la cintura.
—¡Ahh!— Chillo sin poder evitarlo, aún sabiendo que es Rivers quien lo hace, mis ojos se llenan de lágrimas por el miedo que siento en el momento. Rivers me arrastra hasta la esquina en la que ella estaba, y me deja con la espalda completamente pegada a la pared, yo misma dejo caer mi cuerpo al suelo para sentarme, y ella imita mi acción sentándose frente a mí.
—Vamos a hablar.— Ordena, mirándome con el ceño fruncido. Sin embargo, su gesto se torna en uno preocupado en cuanto ve mis ojos llenos de lagrimas. —¿Te asusté?— Susurra, y no me queda de otra más que asentir. Ella golpea su frente con una de sus manos y sus brazos rodean mi cuerpo de manera protectora. —No era mi intención, solo quería que habláramos, Ari.— Excusa y me aprieta más contra ella, yo correspondo al abrazo, dudosa.
