Todo había sido un error

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En ese instante, todo se nubló a mis ojos. Aquél hombre del cual sentía pánico seguía postrado en frente de mí, yo creía saber por qué, pero, no estaba seguro. Me sentía débil, sentí que se me iban las luces. - ¡Ella no tiene la culpa, yo planeé todo! - grité con nostalgia en mi voz, culpándome de todo. Caí sobre el prado y mi cara se estrelló de cantazo contra el suelo. Fue lo último que supe de mí. Abrí los ojos, no sabía en qué lugar me encontraba. Comencé a entrar en pánico, sentí seca la boca. Intenté levantarme y sentí un dolor punzante en mi cabeza, y acto seguido a eso caí de espalda. Inspeccioné el lugar, dando un giro de 180° con los ojos, y ahí supe que yacía en un hospital. Miré si alguien estaba por ahí y no ni siquiera un alma podía apreciarse en el lugar, habían pasado casi 5 minutos desde que recobré la conciencia, cerré los ojos y escuche el sonido de unos pasos que se acercaban en dirección a mí, una mujer cerró las persianas y se recogieron en forma de abanico al lado de mi costado derecho. Me sentí algo incómodo con su mirada postrada sobre mí, pero ella me hizo un gesto amable el cual me inspiró tranquilidad.

- ¿Por qué estoy acá? - e pregunté algo confundido. Realmente, no quería escuchar su respuesta.

- Simon, soy la psiquiatra Rachel Tolland. Usted, se encuentra acá ya que...

- Perdón, siento interrumpirla. Dra. Tolland ¿Cómo sabe usted mi nombre? - Le ofrecí una sonrisa de incomodidad.

- El oficial de policía verificó tu identificación con los papeles de tu cartera. Como le venía diciendo, antes de que me interrumpiera, usted se encuentra acá debido a una leve deshidratación causada por el vómito junto con sus nervios tras la bochornosa escena en el parque concluyera en un desmayo.

- La policía me detuvo - Quería que me explicara el por qué, en ese momento mi salud me era indiferente.

- Simon, una mujer alrededor de la zona en la que usted se encontraba reportó que un antisocial le rapó el bolso...

- ¡No soy un ladrón! - Una leve ira me invadió, me estaban calumniando - ¿Tienen pruebas de qué realmente fui yo? - Mi tono fue bastante desafiador.

- Una vez más me interrumpe Simon - Me miró fijamente a los ojos e hizo una mueca resignada - La mujer tras reportar el robo, describió el individuo como un indigente, muy joven. Usted reunía las características casi a la perfección.

<No soy un indigente, pensé.> Sin embargo, ¿Quién más que un indigente se encuentra acostado en un parque a escasas horas de la media noche?

- Dra. Tolland, ¿Entonces todo fue un error? - Hice un intento de sonrisa, ya estaba mucho más tranquilo.

- Si, joven. De eso se trata. En cuanto se sienta bien diríjase a mi consultorio (202, justo al final de la sala de espera)

- Pero, ¿Por qué?

- Sólo hágalo.

Toda la tensión se liberó de mi cuerpo, no había ninguna interpretación de mi móvil. Todo se movía a la perfección. Me sentí como nuevo. Cerré los ojos, intenté dormir un rato. >>

¿HILOS ROTOS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora