~ "Ganar no es opcional...es obligatorio"
Amarilis y Harry Potter quedaron huérfanos a la edad de un año y unos pocos meses. Fueron entregados a los únicos parientes vivos que tenían.
Once años de maltrato hace que ambos mellizos se cansen de que l...
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{TARTA DE MANZANA}
Debido a la emoción que tenía por ser el primer día, se había levantado más temprano que de costumbre. Se duchó y rápidamente se puso el uniforme.
No sabía si salir de su habitación hacia la sala común porque todavía era temprano y dudaba de que alguien se levantase a esa hora.
— Baja a la salita de abajo, si no hay nadie puedes esperar sentada en el sofá frente a la chimenea y leer un libro — siseó Python tumbada en la cama.
— ¿Te quedas aquí sola o vienes conmigo? Atenea está volando, ya sabes que le encanta volar por libre cuando es de mañana y de noche — acarició a su serpiente sintiendo como se relajaba ante su toque.
La verdad es que había crecido bastante, cuando la salvó en esa tienda era más pequeña - unos treinta centímetros - pero ahora ya media el metro y su grosor había aumentado, no era tan delgada como al principio.
— Me quedaré aquí esperando a Atenea, quizá mañana puedas llevarme a las clases.
— Está bien, pues te veo luego entonces — se puso la túnica escolar, sus útiles para clases y bajó rápidamente a la sala común después de bloquear la puerta de su habitación con un hechizo que le enseñó Mortem.
Hablando de este, durante el verano les estuvo dando clases de magia y lo que enseñarían en Hogwarts, por lo que ahora no irían perdidos en ninguna materia, más bien estaban avanzados.
Se tropezó bajando los últimos escalones de la sección de chicas y estuvo apunto de caerse.
Bufó de mal humor y llegó a la Sala Común.
La sala común estaba vacía excepto por dos personas que estaban sentadas en un sofá frente a la chimenea.
Draco y Harry.
— Buenos días Haz, Dragón — los saludó sentándose en medio de los dos — ¿que hacéis tan temprano despiertos?
— Buenos días, pelirroja — la saludó el rubio dándole un beso en la mejilla — normalmente me despierto muy temprano, por lo que he bajado a leer un libro mientras esperaba a los demás. Harry llegó poco después.
— Buenos días, Lis. Estoy acostumbrado a madrugar, por lo que cuando he bajado y he visto a Draco, le he hecho compañía.
Empezaron a hablar, bueno, ambos hablaban mientras ella escuchaba.
Lis apoyó su cabeza en el hombro de Draco y las piernas en las de su hermano. No sabía cuánto rato llevaban hablando, quizá minutos u horas, porque la sala común ya empezaba a llenarse de alumnos.
Los siguientes en aparecer con ellos fueron los mellizos Riddle junto a Daphne. Los últimos habían sido Enzo, Pansy, Blaise y Theo.
Cuando vieron que las personas empezaban a salir para ir al Gran Comedor se levantaron para seguirlos, no querían perderse el desayuno por perderse en los laberínticos pasillos de piedra antigua.
