~ "Ganar no es opcional...es obligatorio"
Amarilis y Harry Potter quedaron huérfanos a la edad de un año y unos pocos meses. Fueron entregados a los únicos parientes vivos que tenían.
Once años de maltrato hace que ambos mellizos se cansen de que l...
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{HOGWARTS}
Aparecieron en una mansión enorme con estructura de castillo. Se sentían pequeños ante la altura del edificio, era aparte de alto, imponente.
Mirarás por donde miraras había kilómetros de terreno verde. El sonido de un "pluf" los hizo mirar al frente llevándose la sorpresa de ver a una criatura parecida a los duendes de Gringotts.
Es bajito, ojos grandes como las pelotas de pin pon, llevaba un traje con el escudo de los Potter.
— ¡Oh amitos Potter! ¡Mina está muy feliz de volver a ver a los amitos! — su voz aparte de emocionada sonaba aguda.
Amarilis le sonrió a la elfina.
— ¿Tu eres Mina? — la criatura asintió con efusividad — encantada de conocerte, Mina. Yo soy Amarilis y él es Harry.
— ¡Los conozco! ¡No los veía desde que eran unos bebés! — se le cristalizaron los grandes ojos y sorbió su nariz — ¡Mina os presentará a los demás elfos de la mansión! ¡Seguro que como Mina estarán super felices!
Siguieron a la elfina hacia la gran puerta principal abierta. Nada más entrar por la gran puerta abrieron los ojos en grande, todo era tan grande que hacía que ambos se sintieran aún más pequeños.
Delante suyo aparecieron más elfos.
— ¡Amitos Potter! — chilló uno de ellos — ¡soy luz! ¡Soy la jefa de la cocina!
— Encantada de conocerte, luz.
Dos horas después ambos hermanos ya estaban ordenando su nueva habitación - cada uno la suya.
— ¿Qué es esto? — se preguntó la pelirroja al ver como el gran cuadro de la pared emitía un brillo muy leve en los ojos de la bebé - que suponía que era ella - de un color rojizo. Se acercó más y cuando estuvo a centímetros de tocarlo sonó un "CLAC" — ¿que mierda...? — susurró cuando una puerta de madera oscura sustituyó el cuadro, abrió con cuidado la puerta y lo que se encontró en el otro lado era algo que no se esperaba para nada.
Una sala gigante con varias secciones; una biblioteca enorme rodeaba toda la habitación, en el centro había varias mesas con calderos, entre las estanterías de libros habían unos armarios cristalizados con miles de ingredientes para las pociones.
Escuchó a su hermano llamarla desde el piso de abajo por lo que ni siquiera había podido entrar del todo a la habitación secreta.
Soltó un resoplido caminando fuera de la habitación una vez que vio como la puerta volvía a ser un cuadro.
Le daba curiosidad esa habitación, no creía que sus padres la hubiesen puesto, creo. Aunque el retrato del cuadro era ella de bebé, por lo que estaba segurísima que esa habitación secreta estaba hecha para ella, además de que los propios elfos les habían guiado a sus respectivas habitaciones.
