Capítulo 0 ↑

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El despertar fue abrupto, como si hubiera estado en un profundo letargo durante siglos. Su cuerpo, pesado y entumecido, se resistía a la inconciencia. La mente, aún nublada, luchaba por comprender la realidad que lo rodeaba.

"¿Qué diablos es esto?" pensó, sintiendo el frío y duro suelo bajo su cuerpo. El dolor se extendía por cada fibra de su ser, y arrugó la expresión al procesar la incomodidad. Voces lejanas resonaron en su mente, palabras amenazantes que apenas pudo distinguir. "Será mejor que mañana traigas más dinero, gordo, o si no, te irá peor". Las figuras se alejaron, difuminadas y borrosas.

La confusión lo envolvía. ''¿Dónde estoy? ¿Qué diablos está pasando?'' Pensó con gran desconcierto. Intentó levantarse, pero sus piernas temblaron y cedieron. Al extender la mano, encontró algo en el suelo: unos lentes. Al tacto, supo que eran suyos y los colocó en su rostro. La visión se aclaró, revelando un mundo que parecía imposible.

Estaba en un parque, rodeado de vegetación. En el centro de una cancha deportiva, observaba edificios altos a lo lejos. El día soleado y la brisa fresca parecían irreales. Pero el dolor punzante en su estómago le recordó: algo estaba mal. "Me siento como una mierda", murmuró, tocando su rostro y encontrando sangre en su nariz.

El pánico lo invadió. ¿Cómo había llegado aquí? ¿Quién era? Sin respuestas, salió corriendo de la cancha, desorientado y asustado. Corrió sin rumbo, buscando respuestas en un mundo que parecía haberse vuelto ajeno y hostil. El misterio de su situación lo atormentaba mientras sus pies lo llevaban hacia lo desconocido. Pronto, descubriría la verdad detrás de su despertar abrupto y doloroso.

Donde demonios estoy, ¿qué demonios está pasando? quién diablos soy... Las palabras resonaban en su mente como un eco distorsionado. El parque desolado parecía un laberinto de incertidumbre, y él, un náufrago en su propia mente. Necesitaba ayuda y estaba asustado. Corría sin rumbo, como un fugitivo del psiquiatra. Pero entonces, la visión de una joven lo detuvo en seco. Ella paseaba, ajena a su propia confusión. Sin pensarlo, se acercó a ella, desesperado por respuestas.

Se acercó y abordó a la joven de inmediato.

"Oiga, ¿dónde estamos? ¿Usted sabe quién soy?" gritó con desesperación, necesitado de ayuda. Su voz temblaba. La chica se asustó por el repentino acercamiento y se alejó un poco nerviosa.

"Yo no sé nada", dijo la joven. Su ropa sucia y la sangre en su camisa lo hacían ver amenazante. Rápidamente, la chica emprendió la huida como si estuviera huyendo de un acosador. Él se desconcertó.

"Espere, no se vaya", le gritó decidido a no dejar que esta oportunidad desapareciera, era la única persona que había visto hasta ahora. Decidió perseguirla, clamando por su ayuda.

"¡Oiga, espere! ¡Por favor, ayúdeme!" Corrió hasta alcanzarla, pero su acto fue frustrado por un oficial uniformado que apareció de repente y lo detuvo. Extrañas letras adornaban su uniforme, se desconcertó un momento al no comprenderlas, pero tras un instante se volvieron familiares, el significado era claro. Decía "policía".

Él sabía lo que era un policía, apartó todas sus dudas y antes de que el hombre que lo había detenido pudiera decir algo, rápidamente entre nervios dijo el problema que lo abrumaba.

"Señor, estoy perdido. No sé quién soy ni dónde estoy. Ayúdeme, por favor." Las palabras salieron atropelladas entre balbuceos. El oficial lo examinó detenidamente.

"¿Un estudiante? ¿Quién te hizo esto? Estás todo golpeado y sangrando. ¿Tienes tu identificación?", le preguntó, mostrando un poco de compasión en su mirada al ver su estado. Entre confusión y nervios, revisó sus bolsillos, encontrando algo que entregó rápidamente al oficial, quien examinó su identificación detenidamente. "Ren Tsukishiro", leyó en el carnet que había dado.

"No te preocupes, joven. Nos pondremos en contacto con tu familia. Por ahora, acompáñame. Te escoltaré al hospital para que revisen tus heridas." Con estas palabras, lograron calmar un poco su estado. Oír eso fue como un alivio, estaba perdido sin saber quién era. "Gracias, señor", suspiró el muchacho con sobrepeso, siguiendo al oficial hacia la patrulla. La confusión persistía, pero al menos la ayuda ofrecida calmó sus emociones.


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El Fracasado de la clase de Élite (classroom of the elite fanfic) audio novelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora