6 Ecos de la Verdad

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Estuvo bien lo de anoche, eh...  —Me quedé paralizada. —

— Samantha, mira esto, —dije horrorizada, mostrándole el mensaje de Kai.—

— ¡ESE TIPO TE DROGÓ, TE LO DIJE!— exclamó Samantha.—

— Samantha, por favor, debe haber alguna explicación — respondí mientras le contestaba a Kai—

Kai, no estoy para bromas. No sé qué pasó anoche.

A lo que él respondió: 

¿Quieres que te diga lo realmente que pasó? 

si  , ven al hotel y me cuentas TODO 

Estaba asustada. Las palabras de Kai resonaban en mi cabeza: "Estuvo bien lo de anoche." No sabía si se refería a las copas o a algo más, algo de lo que no tenía memoria, pero la idea me aterraba.

— ¿Y bien, qué te ha dicho?— preguntó Samantha.—

— Le he dicho que venga al hotel y que me cuente exactamente lo que pasó anoche,—respondí desesperada.—

—No quiero volver a ver a ese baboso, pero tendremos que ver qué pasó. Supongo que valdrá la pena,— dijo Samantha.—

Al rato llamaron a la puerta y le dije a Samantha que la abriera.

— ¡VAYA, QUÉ DESAGRADABLE SORPRESA!—  dijo Samantha con sarcasmo. —

—  Voy a hacer que no te he escuchado, — replicó Kai. —

— Y yo que no te he visto, —  respondió Samantha. —

Puse los ojos en blanco, ignorando su conversación.

— Cuéntame qué ha pasado,— dije desesperada y nerviosa.—

— Escúchame, baboso. Si me entero de que  drogaste su bebida o hiciste algo para llevártela a la cama, te juro que te vas a enterar,—gritó Samantha.—

Kai puso una cara bastante extraña.

— Tu amiga está loca, — dijo Kai.—

— ¡BASTA YA!— grité.

— Voy a ignorar que me has llamado loca,— dijo Samantha más tranquila. — Pero cuenta ya, gritó de nuevo.

 — Es cierto, Kai, cuenta ya,— dije nerviosa.—

Estaba desesperada con ellos dos peleando. Solo quería saber lo que sucedió porque necesitaba una explicación y que alguien me dijera que todo era una falsa alarma, que no había tenido relaciones sexuales con nadie y que todo había sido mi imaginación.

— Vale, os cuento ya,— dijo Kai, intimidado por las miradas de Samantha.—

 — Sí, por favor,— dijimos las dos a la vez.— 

 — Vale, pues cuando nos fuimos de la fiesta, yo estaba muy cansado y nos fuimos al hotel. Luna empezó a decir cosas muy calientes  y cada vez más ardientes, y yo le dije que estaba muy cansado y que no estaba para rollos, pero ella insistió y, al final, pasó lo que pasó. Lo pasamos bastante bien y luego me tuve que ir al hotel porque estaba muy cansado.

Me quedé boquiabierta. No recordaba haber hecho eso, solo de encontrarme mal. No tenía sentido que me comportara así. ¿Por qué no me acordaba de nada? Sabía que era imposible, pero tal vez había bebido mucho, aunque no recordaba haber bebido tanto.

—  Bravo, bravo, bravo, —  dijo Samantha aplaudiendo.—

Yo seguía sin reaccionar. Eso no era propio de mí, no era algo que yo haría.

La chica de las constelacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora