𝟎𝟎 . 𝐍𝐔𝐁𝐄 𝐆𝐑𝐈𝐒

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Observé de pie a través del gran ventanal frente a mí, maravillado de la escena que se estaba llevando a cabo en el amplio jardín trasero de mi hogar

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Observé de pie a través del gran ventanal frente a mí, maravillado de la escena que se estaba llevando a cabo en el amplio jardín trasero de mi hogar. Dí movimientos circulíneos al vaso de cristal entre mis dedos que luego llevé hasta mis labios, los cubos de hielos resonaron sutilmente sumergidos en el líquido de intenso sabor, hace un buen tiempo que había desarrollado un considerable gusto por el whisky.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro, ver a mi esposa jugueteando con mi hijo bajo el soleado cielo de verano me llenaba de gratas emociones, me sentía más que feliz con la nueva vida que había logrado alcanzar después de tantos inconvenientes en el pasado.

Alcé las cejas al notar como un par de pequeñas niñas y una mujer de corto cabello negro se unían a ellos, los tres infantes se recibieron gustosos y entre risas se fueron al patio de juegos dejando a las dos femeninas de lado, ellas por su lado decidieron tomar asiento en la mesa bajo la sombra de la amplia sombrilla listas para ponerse al día. Eso solo podía significar una cosa y fue en ese entonces que los toques sobre la puerta de gruesa madera oscura se hicieron escuchar confirmando mis sospechas.

──Puedes pasar, Chan.

La entrada se abrió dejando al descubierto al alto hombre que se ganó el título de mi fiel amigo y mano derecha, con pasos largos se fue adentrando en la oficina mostrando la sonrisa confiable junto con sus característicos hoyuelos.

──¿Tomando tan temprano, IN? ──Preguntó al ver el cristal en mi mano con los hielos ya derretidos y el rastro de bebida en el fondo.

──Me entretuve un rato viéndolos en el patio y fue entonces que entró la sed ──Contesté dejando el recipiente sobre el escritorio ──¿Quieres un trago? ──Me atreví a ofrecerle aún cuando ya conocía la típica respuesta.

──No gracias, tengo que conducir.

Asentí respetando su decisión como siempre, el mayor no tardó en acompañarme a seguir husmeando a nuestras familias en el jardín a través de la ventana.

Todavía no asimilo el hecho de que mi amigo haya terminado casándose con la mujer que trabajó bajo el cargo de su secretaria personal. Unos meses luego de haber revivido la empresa de aerolínea YangAir, el personal fue totalmente renovado trayendo consigo a una chica con la que más adelante enlazaría una conexión íntima con el CO-CEO del lugar hasta llegar a formar una linda familia.

Ver qué Chan por fin había alcanzado conseguir ese logro en su vida que tan en el fondo quería, me hizo sentir muy feliz por él. Pues él también tenía derecho a disfrutar y ser feliz, libre de la sombría rutina a la que ha estado sometido.

──¿Qué le estás dando de comer a tus hijas? A pesar de que son un año menor que mi hijo, son más altas que él ──Comenté intrigado al ver al par discutiendo con el niño porque no quería soltar el caballito de madera.

𝐈𝐍𝐌𝐀𝐃𝐔𝐑𝐎 𝐈𝐈 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora