Rhaena I

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Rhaena corrió de inmediato hacia Luke. Su esposo se había desmayado y ahora estaba en el suelo. No sabía que tenía, pero algo le decía que era algo muy malo. Baela vino corriendo trayendo al maestre Kelvyn llegó corriendo con su asistente, el maestre Munkun.

— Mi Lady, ¿qué pasó? — Preguntó el maestre.

— No lo sé. Estaba bien hasta que le empezó a doler el estómago.

— ¿Acaso comió algo?

— Sí. Estaba rompiendo su ayuno.

— Un dolor estomacal normal no hace que un hombre se desmaye. Diría que tiene un viente reventado, pero si comió algo y le dolió el estómago repentinamente, fue envenenado, y por los síntomas el veneno es Lágrimas de Lys.

¿Luke? ¿Envenenado? ¿Lágrimas de Lys?

— ¡Corlys! ¡Laena! ¡No coman nada de la mesa! — Ordenó Joffrey de manera desesperada.

— Munkun, trae mi cofre más cerca. — Dijo Kelvyn.

Munkun trajo el cofre cerca a Luke. Luego Kelvyn dio una cachetada a su esposo en la mejilla. Su esposo abrió los ojos inmediatamente.

— ¿Qué?

— Manténgalo despierto o no podrá tomar la medicina. Necesito agua y un balde grande. Munkun, puedo manejar esto solo, ve a revisar mis venenos y asegúrate que nadie haya tomado las Lágrimas de Lys.

Munkun corrió a la habitación del Maestre. Rhaena miró a dos sirvientes y le ordenó que trajeran una jarra de agua y un balde de madera. Kelvyn abrió su cofre y buscó algo en él. Rhaena se agachó y tomó el rostro de Luke.

— Luke, amor, mírame. El maestre te va a salvar, pero necesito que estés despierto, por favor.

Los ojos de Lucerys la miraron y pudo notar como entendió lo que dijo.

Dioses, tomaron a mi madre, tomaron a mi abuelo, por favor, no me quiten a mi esposo.

El maestre sacó un frasco con un líquido negro, lo abrió y se lo dio de beber a Luke. Luke hizo una cara agria.

— No tiene el mejor sabor, pero debe absorber todo el veneno.

Los sirvientes llegaron de inmediato con las cosas que Rhaena le pidió.

— Acerquen el balde al Príncipe.

Luego Kelvyn sacó un frasco que tenía un líquido de color verde con manchas marrones.

— Es un purgativo poderoso. Va a vomitar todo lo que comió. Eso expulsará el veneno.

El maestre hizo beber a Luke.

— Lady Rhaena, recomendaría que nos alejemos.

Ambos dejaron a Luke en el suelo, quien puso la cara agria y se acercó al balde y vomitó tal como el maestre dijo.

Rhaena sintió asco, pero al mismo tiempo alivio. Nunca pensó que sentiría esas dos cosas a la vez.

Luego de que Luke dejará de vomitar, el maestre pidió una copa de agua y se la dio de beber a Luke, después volvió a pedir otra copa e hizo lo mismo.

— ¿Cómo se siente, Alteza? ¿El estómago aún le duele? — Preguntó Kelvyn.

Luke negó con la cabeza. Kelvyn miró a Rhaena.

— Estará a salvo.

Rhaena suspiró de alivio y abrazó a su esposo. Luego Rhaena volteó a mirar a Kelvyn.

— Gracias.

Sin embargo, algo se le vino a la mente a Rhaena. Rhaena se levantó, caminó un poco hacia Kelvyn y miró a una sirvienta.

Danza de Azul y Negro (HOTD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora