Those days

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(Hange)

Me dolía la espalda, llevaba horas sentada redactando informes, sabía que la vida del comandante era difícil, pero no sabía que tanto. Ahora que Erwin no estaba, yo era la encargada de estos trabajos tan tediosos. Al principio estaba emocionada por el descubrimiento de la verdad detrás de los titanes, pensé que por fin tendría tiempo de acabar mis pequeñas investigaciones y ponerle una conclusión a aquello por lo que llevaba tanto luchando e investigando. Pero ahí seguían, en el cajón, llegó un punto en el que ese cajón comenzó a oler a cerrado, y las esquinas de los folios comenzaron a verse amarillentas, así era el paso del tiempo. Ojalá haber tenido tiempo de haber finalizado mis informes, pero de verdad no lo tenía, ni tampoco ganas, sentía que ponerle fin a esos papeles era como quitarse la ilusión a una Hange que estaba llena de esperanza, mucho más joven, que aún existía en mi interior de cierto modo.

Conocíamos nueva información y dentro de poco dejaríamos de vivir tras los muros, sin embargo, nos veíamos envueltos en una guerra sin precedentes, de la que teníamos ínfima información. ¿Merecía la pena vernos envueltos en esta situación solo por librarnos de estos muros?, ¿O quizá aquellos muros que pensamos que eran un límite para nuestra libertad, eran en realidad los límites de vivir una triste realidad, como era la guerra, o vivir encerrado, pero sin nada que temer? A veces me preguntaba que tal vez lo mejor hubiera sido no investigar nada.

-Si lo llego a saber no me hubiera alistado en la legión...-. Dije para nadie en realidad, suspiré y me saqué las gafas para limpiarme mis pesados ojos.

Si la Hange de hace unos años me escuchara me golpearía, pero el golpe más fuerte sería para ella, al verme así, con una ilusión que tenía fecha, inicio y final. Ya no sentía ilusión por los titanes, ni por nada en general, me encontraba sumida en un largo pozo del que no encontraba forma de salir. De todos modos, aún tenía una responsabilidad más grande. Erwin siempre decía que la llama de esperanza no debía apagarse, y aunque a la vela de mi esperanza no le quedaba apenas mecha, continuaría con lo que quedara. Quizá, consigamos el futuro que hemos deseado, y una vez llegue ese momento, ya vería que haría.

Últimamente no hacía nada de provecho, solo hacía informes, iba a reuniones, me sumía en mis pensamientos y poco más. Ni si quiera hablaba con Levi, que solía ser la cosa que más me gustaba, ahora no tenía ni tiempo ni ganas, y no las tenía por que sé que aún nos quedaba una conversación pendiente. Una conversación que no sabía si mi corazón iba a aguantar sin quebrarse. Me sentía culpable, porque sabía que él había estado solo, me había buscado pero yo siempre huí de él por miedo de hablar con él y desmoronarme, hacía ya unos meses que Levi y yo solo hablábamos de manera profesional y poco más, no estábamos enfadados, simplemente él me había buscado, y yo era una cobarde que temía hablar la verdad. Y de normal solía ser al revés, pero ese tema me era muy sensible. 

Me imaginé cómo debía estar el, con la culpa carcomiéndole por dentro, solitario, y yo le prometí que jamás me iría de su lado.

-Joder...-. Me sentí tremendamente culpable, era tarde, pero igualmente le buscaría, conociéndole, seguiría despierto.

Me levanté y comencé a buscarle. No estaba ni en su habitación ni en el comedor. Miré por la ventana y vi la pequeña cabaña iluminada, debía ser él, no creo que ningún cadete se hubiera osado a profanar con su presencia aquel adorado lugar para los líderes que éramos los que allí convivíamos.

Cuando llegué comenzaron de nuevo esas ganas de llorar y aquel nudo en la garganta que me acompañaba diariamente desde la muerte de Erwin. Y como siempre, me lo tragué y llamé a la puerta, pidiéndole a mi corazón que fuese fuerte y que aguantara si Levi no quería saber nada más de mi.

One-shots Levihan (Shingeki no Kyojin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora