𝐌𝐮𝐬𝐚 [Sakura x lectora]

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Mi nueva familia era muy unida, me gustaba mucho estar con mis nuevos padres, ya habían pasado dos años, estaba muy feliz con ellos, aunque extrañaba a Sakura, siempre le escribía cartas o llamaba al Orfanato para hablar con el, pero nunca respondía mis cartas y cuando llamaba, los encargados decían que no estaba.

El tiempo pasaba y cada vez sabia menos de él, cuando un día mi padre me llevo allí para visitarlo, los encargados dijeron que el se fue a otra institución, así que ya no supe más de él.

Había quedado muy triste por esa noticia, el niño que me gustaba se había ido lejos, seguro estaba sólo, sin nadie quien lo acompañe o cure sus heridas.

– hija, puedo pasar?– preguntó mi madre desde el marco de mi puerta

– si mamá...– dije desde mi cama

Ella se acercó a mi y se sentó a mi lado en el borde de la cama.

– se que estás muy triste por tu amigo, así que te traje un regalo–

Mi madre me dió un cuaderno, aunque era distinto a los demás, tenía un forro de cuadros verde, también tenía un pequeño candado, el cual evitaba que se abriera.

– un cuaderno?...– pregunte mirándolo

– no es un cuaderno, es un diario, aquí puedes escribir todo lo que quieras, dijiste que solo tenías una foto de él, así que aquí puedes escribir todos los recuerdos que tienes con él–

– gracias mamá–

Abrace a mi madre, estaba muy feliz con su regalo, así nunca podré olvidar a Sakura.

Desde ese día, escribí todo lo que pase con Sakura, también escribía cosas que me pasaban y que quería decirle a Sakura.

Con el tiempo me empeze a interesar más en la literatura y escritura, más específicamente en los poemas, aquellos poemas en dónde podía expresar fácilmente lo que sentía.

Mis padres me apoyaron con mi sueño de ser escritora y poetisa, así que estudia mucho para ser de las mejores.

Cómo dicen, "todo artista tiene a su musa" yo tambien tenia a mi musa, todos mis poemas expresaban mis sentimientos por Sakura, aquel niño del cual me enamore hace años.

Aquel diario que me regaló mi madre, estaba totalmente dedicado a Sakura, una ves que termine de escribir los recuerdos que teníamos, escribí allí todos los poemas dedicados a él.

– ______, deja eso un rato y baja a cenar, tu madre cocino algo delicioso!– dijo mi padre desde la puerta de mi habitación

– mamá cocinó?! Voy enseguida–

Normalmente mamá no cocina por qué está ocupada dirigiendo la empresa, pero cuando lo hacía, le quedaba todo delicioso.

– Mamá, huele delicioso, que preparaste?– pregunte ayudándola a poner la mesa

– prepare un poco de pasta– respondió

Todos nos sentamos en el comedor, estábamos comiendo mientras mi padre contaba sobre el progreso de sus alumnos.

– creo que ellos ya no me necesitan, ya alcanzaron su máximo potencial– dijo mi padre

– aunque no te necesiten, te extrañarán como lo hacen tus anteriores estudiantes– menciono mi madre

– yo también los extrañaré, pero es momento que sigan sin mi, ademas ya me llego una nueva propuesta de trabajo–

–para que escuela papá?–

– furin, siempre escuché hablar de esa escuela, tiene las peores notas y los estudiantes se interesan más por las peleas–

– donde queda?– preguntó mi madre

– en la ciudad de Makochi, si acepto el trabajo tendría que separarme de ustedes...–

– no tenemos por qué separarnos, podemos mudarnos juntos– dijo mi madre

– pero que pasará con la compañía? Y los maestros de _____–

– puedo trabajar desde casa– respondió mi madre

– puedo estudiar con nuevos maestros–

– esos chicos te necesitan, tienes que ayudarlos–

– Entonces aceptaré el trabajo, enserio tengo a la mejor familia!–
exclamó con alegría mi padre

Mi padre era un maestro especial, era un genio, su familia dirigía una gran compañía al igual que la de mi madre, ambos se conocieron y eventualmente se enamoraron, mi padre decidió ser maestro para ayudar a los jovenes que no creen que la escuela enseña algo, es algo que lo hacia feliz y mi madre lo apoya siempre en eso, asi que cuando se casaron, mi madre se encargo de ambas compañias y mi padre se volvio maestro.

Una historia de amor linda, los días pasaron y mi madre encontró una casa para mudarnos a la ciudad de Makochi, mis padres se encargaron de escoger un nuevo maestro y lo demás, nos terminamos de mudar un día antes de que empiecen las clases.

Era un lugar pacífico comparado con la capital, me agradaba esto, no era bullicioso.

Decidí salir a conocer más la ciudad, mamá estaba encargándose del trabajo y mi padre preparaba su clase de mañana, quería buscar lugares lindos para escribir poemas, llegue a la plaza principal y me sente al lado de un gran árbol, era un buen lugar.

Estaba distraída contemplando el paisaje, cuando ví a un par de chicos pasar, al parecer eran amigos, pero se notaba mucho que ambos se gustaban, aunque ellos no se daban cuenta, caminaban tomados de las manos, la chica estaba todo arroja y el nervioso, ellos se fueron pero se me ocurrió un nuevo poema gracias a ellos.

Abrí mi diario y me dispuse a escribir en una nueva página.

"Nos miramos mutuamente amándonos sin decirlo, conformandonos simplemente
con lo que sentimos,
expresándonos con pequeñas muestras de cariño,
las palabras sobraban
conocíamos bien lo que sentimos"

Me había costado un poco escoger las palabras adecuadas para este poema, pero me gustó como quedó, estaba por levantarme cuando ví a alguien pasar, su pelo era bicolor, idéntico al de Sakura, al terminar de levantarme para hablarle, me di cuenta que ya se había ido, tal vez solo me confundí.

Decidí volver a casa por ahora, ya estaba haciéndose tarde.