Capítulo 1

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Demian se encontraba caminando en medio del bosque. Él siempre camina y observa en ese bosque. A él le encanta caminar por el bosque, lo hace sentir feliz. Además de que es alguien muy calmado y algo reservado. Suele ser muy serio y poco expresivo con la gente. No tiene amigos, mucho menos amigas. Su familia lo abandonó cuando él tenía ocho años. Tuvo que madurar a temprana edad. Sin embargo, a él solo le interesa él, y solo él. Tampoco le importaba ayudar a la gente de los demonios, según él, solo cumple su deber.

Mientras caminaba por el bosque, se encontró con un demonio. Dicho demonio estaba por atacar a alguien. Al parecer, ese demonio es muy débil.

Demian desenfundó su katana y se puso en guardia.

El demonio se abalanzó hacia Demian. Demian rápidamente movió su katana y le cortó el cuello con facilidad. El demonio cayó al suelo derrotado. Se hizo polvo.

-Gr-gracias, humano...

Demian se volteó. Miró y se dio cuenta de que, no era un humano lo que estaba hablando. Demian se asustó un poco y se puso en guardia otra vez. Manteniendo la calma, y con un tono algo frío, preguntó:

-¿Qué eres?

Lucario estaba asustada por el demonio que la iba a atacar. Asustada, respondió:

-Yo soy... un-una pokémon. M-me llamo Lucario. S-soy...

Demian interrumpió a Lucario.

-No me hagas perder el tiempo con tu presentación.

Demian se volteó y caminó. Siguiendo así, su camino por el bosque.

A escasos pasos, Demian sintió como lo freneban agarrándolo del brazo izquierdo. Demian se dio vuelta y era Lucario la que lo detuvo.

-¿Pu-puedo... caminar contigo?

Demian solo se quedó en silencio. No dijo ni una sola palabra. Lucario se quedó insistiendo.

-Por favor... Porfis... Déjame ir contigo...

Demian, irritado, accedió. Con un tono ya algo enojado, dijo:

-Está bien. Pero, no hagas ruido, ¿de acuerdo?

-De acuerdo...

Lucario, algo asustada todavía, se aferró al brazo izquierdo de Demian. Abrazó un poco fuerte el brazo de Demian.

Lucario ahora se siente segura caminando junto a Demian. Lucario no pudo evitar sonreír cálidamente.

Luego de un rato de caminata, algo incómodo, Demian llegó a su hogar junto a Lucario y dijo:

-Bien. Llegué a mi hogar. Ahora, vete.

Lucario, algo desanimada, pero a la vez con cierto toque de esperanza, respondió:

-Pero... no tengo hacia donde ir...

Demian, algo serio pero no enojado, dijo:

-¿Y qué piensas hacer?

-Pe-pensaba en que...

Mientras terminaba de decirlo, Lucario se sonrojó un poco.

-Pensaba en que querrías que... me quedara en tu casa...

-...

Demian se quedó en silencio. Demian sabía que ella no iba a dejar de insistir, así que, algo irritado, accedió.

Los minutos pasaron. Demian se quedó bebiendo algo de café en la cocina, mientras que Lucario exploraba un poco la casa. Demian vivía en la misma casa en la cual sus padres lo dejaron solo. Demian la cuidaba como si fuera lo único en su vida.

Demian aún tenía las camas, muebles, tazas, vasos, etc., que sus padres tenían. Él se hacia cargo de todo en la casa. Además, tiene su habitación en la que siempre duerme y la de sus padres. La habitación de sus padres tenía una cama grande en la que solían dormir sus padres. Además de un mueble con algunos cajones que, por supuesto, vació y usó para guardar cosas.

El pago que le dan a Demian de la cofradía de caza demonios es lo suficiente como para mantenerse.

Luego de un rato, Lucario fue hacia donde estaba Demian y le dijo:

-Oye... ¿dónde dormiré?

-¿Acaso no viste las habitaciones?

-S-si las vi, pero... no sé en dónde dormiré.

-Dormirás en la cama grande. Yo en la pequeña. Si te quejas, duermes fuera.

Lucario asintió con la cabeza.

Pasaron un par de meses desde que Lucario se quedó a vivir junto a Demian. Cada vez que interactúan, Demian actúa indiferente como siempre. Lucario tiene sospechas del por qué de esto. Ella sabe que Demian tiene sentimientos. Ella sabe que Demian, aunque sea así de frío con ella, ella se aferra a la idea de que Demian la quiere. Ella sabe que Demian está reprimiendo sus emociones.

Lucario se desesperó un poco. Comenzó a darse vueltas a cada lado, intentando dormir. Sus intentos fueron en vano.

De pronto, comenzó pensar. Pensó en que debería ir a ver a Demian a su habitación. O tal vez beber un poco de agua.

Se levantó a beber algo de agua.

Luego, se devolvió a la habitación para, obviamente, volver a dormir.

No lo logró. Comenzó a sentir frío. Pensó en que debería colarse en la habitación de Demian y dormir con él.

Lucario se levantó y salió de la habitación, dirigiéndose a la habitación de Demian. Era ya algo tarde en la noche.

Lucario sigilosamente, abrió la puerta de la habitación de Demian. Sin hacer ruido, entró a la habitación de Demian y cerró la puerta. Se acerco a la habitación de Demian y lo miró. Notó que Demian abrazaba una almohada mientras dormía. Lucario no pudo evitar sonreír ligeramente. Ella tenía sospechas de que Demian tenía sentimientos.

Cuando se acercó para ver un poco más de cerca, notó que la almohada que estaba abrazando Demian estaba un poco mojada por la zona de arriba. En ese momento, Lucario se dio cuenta de que Demian lloró antes de dormir. Lucario, de manera muy sigilosa, le quitó la almohada que abrazaba Demian y se recostó en el lado de la almohada, reemplazando a la misma. Lucario sintió como Demian la abrazaba con algo de fuerza, mientras las lágrimas caían del rostro de Demian. Lucario acercó su rostro al de Demian y, con suavidad, se acurrucó muy cerca de este. A escasos centímetros, casi besándolo. Lucario, susurrando, le dijo a Demian:

-Demian... sé que actúas indiferente, pero... en el fondo... muy en el fondo... sé que me quieres... por favor... deja de reprimir esas emociones... estoy contigo en todo momento...

Demian oyó lo que dijo Lucario. No pudo evitar sonrojarse un poco y una ligera sonrisa en su rostro se dibujó, mientras las lágrimas seguían cayendo de sus ojos. Demian rompió a llorar, abrazando fuertemente a Lucario. Demian se acurrucó en el hombro de Lucario mientras lloraba. Las palabras de Lucario habían logrado tocar el frío corazón de Demian.

Lucario estaba feliz de haber logrado su cometido. Si no le hubiera dicho eso, Demian la había echado casi a patadas de la habitación.

Corazón ardiente, personalidad fría {Humano x Lucario}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora