La luz blanca que llega a cegar

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Aquí me encuentro con este hombre completamente desconocido. Me despido de Bastian, mi niño querido, mientras me dirijo a quién sabe qué lugar. No logro avanzar debido a la abrumadora cantidad de ruidos externos: una alarma que parece provenir de un hospital, el llanto de niños que reconozco, como el de mi frágil criatura. Oh, querido Dios, no sé qué hacer. Las manos de este hombre son frías y pálidas, pero al mismo tiempo transmiten calidez. Necesito comprender qué será de mí, necesito entender todo esto. Hace un momento la oscuridad me acechaba, y ahora me encuentro deslumbrado por esa intensa luz blanca que llega a cegarme.

Avanzo paso a paso, acercándome al final del camino. Cierro los ojos y aún así percibo la luz brillante. ¿Hacia dónde me llevará esto? Mi mente divaga entre varios escenarios: me imagino ardiendo en una sartén llena de aceite hirviendo, o en un lugar hermoso donde no existe el dolor ni los pensamientos negativos, solo una felicidad eterna y verdadera. Finalmente, la luz se desvanece y sigo esperando, a punto de abrir los ojos... El andrajoso suelta mi mano y la posa en mi espalda, transmitiéndome una sensación de calma y tranquilidad.

-Abre los ojos-, me insta el andrajoso con voz suave.


Entonces, finalmente llegué a lo que tanto ansiaba o temía. No era el paraíso ni el infierno en sí, ni siquiera ese lugar oscuro donde solo me veía a mí mismo desdibujado por la escasa luz, ni al andrajoso que, por cierto, simplemente soltó mi mano y desapareció como humo en un campo de niebla. Miré hacia atrás preguntándome qué había sido de él, esperaba que me guiara en mi desconocido camino, pero no fue así. Ahora estoy aquí, en este lugar extraño, pero esta vez no estoy solo. Hay personas a mi alrededor. Es como un gran valle, rodeado de montañas de diferentes tipos: algunas con nieve en la cima, otras secas, otras pantanosas, y una gran montaña, la más imponente de todas, cubierta de césped con flores silvestres alrededor. El día es perfecto, lleno de vida, con un sol radiante que no quema la piel, solo ilumina y brinda su cálido resplandor.

Camino por un sendero cubierto de grandes rocas, que parecen haber sido diseñadas por un decorador de exteriores. Todo es hermoso; ya no escucho sonidos externos ni voces a mi alrededor, solo percibo el sonido de la paz, de la tranquilidad. Sé que algo bueno me espera de ahora en adelante, porque no puedo pensar en odio, en temor, en tristeza; mi mente solo alberga felicidad. Un joven caballero se acerca a mí y me da la bienvenida.

- Oh, bienvenido, señor... ¿Cómo se llama usted?-
Pregunta con amabilidad, con su rostro iluminado. Dudo en responder; no siento inseguridad ni miedo, solo por un momento titubeo, y el joven me mira con una sonrisa fresca pero un tanto tonta.

- Oh, lo siento. Me llamo Walter, Walter Drew para ser exacto, y no tengo idea de dónde estoy-
Mi rostro refleja sorpresa, pues nunca había conocido, ni siquiera imaginado la existencia de un lugar así. Tuve la suerte de viajar a lugares increíbles, así como Irlanda, Dinamarca, Suiza, lugares con paisajes hermosos, que se guardaron en mi memoria, pero ninguno se compara, ninguno se acerca siquiera a este lugar.

- Un placer conocerte. ¿Eres nuevo en Coronado Elysium? Ay, discúlpame, qué tonto, ¿qué modales son estos? Me llamo Joshua. Joshua Andaluz tambien para ser exacto. Vivo en la calle de las 4 esquinas, a unos 200 metros, para ser exacto- Apunta en direccion al sur del lugar donde estaba, apunta con su dedo índice hacia una casa que se veia desde una larga distancia.


Su voz y su sonrisa eran cautivadoras. Tenía una energía sobrenatural, mencionó el nombre del lugar y una calle que me resultaban desconocidos. En ese momento, mis sentimientos perdidos volvieron; la felicidad y la tranquilidad absolutas duraron poco, y el miedo y la desesperación empezaron a dominarme.

Tras el encuentro con Joshua, me senti completamente abrumado por una sensación de desconcierto y fascinación. Mientras caminaba por el sendero salpicado de rocas meticulosamente dispuestas, las palabras de Joshua resonaban en mi mente, planteando preguntas sobre mi identidad y el propósito de mi presencia en Coronado Elysium.

Tiempos Entrelazados: El Misterio De Los Susurrantes De La Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora