❝― Me dijeron que doy mala suerte ❞
Donde Hoseok es un adorable híbrido de gato negro y tiene miedo de darle mala suerte a su lindo dueño, Jackson.
[🚨¡¡𝐈𝐌𝐏𝐎𝐑𝐓𝐀𝐍𝐓𝐄!!🚨]
₊ೆ ̖́‧ Autor (a) original: @Junchi95
₊ೆ ̖́‧ Portada: @Gummipin...
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El molesto zumbido en sus oídos lo hizo fruncir el ceño entre sueños, quiso acomodarse por si así no lo escucharía.
Aunque no funcionó, sintió su cuerpo ser suavemente mecido.
—Jinnie-hyung~
Soltó un quejido y se obligó a voltear, para abrir una pequeña rendija entre sus párpados para ver al menor.
El ruido se detuvo, se concentró el el somnoliento rostro del híbrido.
— Jinnie-hyung, Jackson-hyung lo estaba llamando— murmuró el conejito.
El humano insultó internamente, se intentó incorporar pero los brazos de Namjoon lo rodearon con más fuerza.
— Suelta— se quejó, al cabo de unos segundos logró liberarse y rápidamente tomó a Jimin para que el tigre lo abrazara en su lugar, no quería despertarlo.
Su híbrido solía ponerse muy molesto si se despertaba en la mitad de la madrugada.
Suficiente que tenía que devolver la llamada a Jackson, no quería que tuviera a un tigre molesto acosándolo.
Tomó el celular y notó que no había sido una, sino tres llamadas perdidas, todas de su amigo.
Salió del cuarto que compartía la enorme cama con los otros dos, llendo a hablar al pasillo, con el teléfono en su oído y con los pitidos sonando.
— Jackson, ¿Qué pasa? — preguntó, su voz sonó ronca y cansada, no se molestó en disimularlo.
Escuchó un sollozo del otro lado y frunció el ceño.
— Jin, hice algo terrible— escuchó decir a Jackson, su voz sonaba completamente rota.
SeokJin miró hacia su puerta, se alejó para poder hablar más claramente.
— Jackson, ¿Qué hiciste? Deja de llorar y habla.
— Hoseok... — murmuró—. Yo, le rompí el corazón, Jin —y más llanto.
SeokJin se frotó el rostro.
— Ay, Jackson, por un momento creí que lo habías matado o algo.
— N-No es tiempo para bromear— lo regañó—. Jinnie, en serio, en serio me siento mal... Pero por lo que le hice, yo... No creí que-... Ya ni yo sé lo que creo, Jin.
Hubo un momento en silencio en el que sólo escuchó al castaño calmar un poco su llanto.
— Ahora es cuando necesito tu consejo, Jinnie— dijo—. No quiero perderlo.
SeokJin suspiró.
— ¿Quieres que vaya para allá? ¿Quieres hablar por teléfono? — ofreció.
