Capítulo 8: Time changes, people change

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-Quiero morir...-

-No-.

-Siento que mi cuerpo se va...-

-Sigue ahí-.

-Mi espíritu me abandona...-

-No hablarías si se hubiera ido-.

-Mi muerte está cerca...-

-¡Deja de ser melodramático!-.

-Déjame morir...-

-¡Fue un entrenamiento!-.

-Fue un infierno...-

-¡Eres una Reina del Drama!-.

-Estoy seguro de que su objetivo es matarnos...-

-Ron...era solo un entrenamiento para hacer simples bolas de fuego...-

-Fue un gran ba... ¡Hey! ¡Harry! ¡Podrías simpatizar! Yo sufrí!-.

Harry suspiró y se puso una mano en la cara con desesperación. Ron era lo que más comúnmente se llamaba un caso perdido... o alguien a quien simplemente le gustaba fastidiar al mundo... tú eliges. Harry debería estar acostumbrado al comportamiento de su hermano mayor pero seguía siendo igual de molesto.

A Ron le gustaba, o más bien se había convertido en su pasatiempo, quejarse de la dificultad de su aprendizaje, especialmente de su entrenamiento físico diario. Harry sabía que aceptaba alegremente las lecciones de su elemento, de su don y acababa de iniciarse en el manejo de la katana. Dicha katana se había convertido en el arma favorita de Ron después de leer demasiadas novelas japonesas sobre los samuráis... ya que los idealizaba. De ahí su amor por la katana. Y quizás porque era la única arma capaz de soportar el poder de su fuego... Podía jugar. Para terminar, Ron desfiló con su flamante katana con orgullo.

Pero primero tenía que aprender a manejarla. Por eso Ron estaba tirado en el suelo, con los brazos en cruz y respirando como un oso. Harry "vio" su aura frente a él.

-Es demasiado duro...- Gimió Ron con falso sufrimiento. -Godric es un torturador...-

Harry soltó una risita, divertido por el tormento de su hermano mayor. Había "observado" durante horas, sentado, Godric enseñaba a Ron una forma de fusionar su katana con su fuego. Ron tenía que intentar crear balas de fuego a través de su espada. Y resultó ser mucho más difícil de lo esperado. A Harry le gustaba "ver" el aura y el elemento de Ron, hacía un hermoso resplandor amarillo anaranjado brillante a su alrededor. Al pequeño castaño le encantaba esa sensación tranquilizadora. Esa era una de las razones por las que a menudo estaba sentado 'observando' el entrenamiento de Ron. Al menos cuando Salazar no estaba demasiado ocupado enseñándole. Un lapsus.

-Harry... ven a ayudarme... no puedo levantarme...- llamó una voz vacilante.

-Pareces un viejo antes de tiempo-. Harry rió francamente.

-Ríe, ríe... ¡Ya verás cuando te toque a ti!-. Susurró Ron.

Harry "vio" moverse su aura, señal de que intentaba levantarse. Pero el dolor le recordó que no se moviera, y Ron volvió al suelo en un movimiento que fue de todo menos grácil. El pequeño moreno se acercó a Ron y le ayudó a ponerse en pie. El alto lo utilizó como muleta. Le rodeó los hombros con el brazo.

-Lo sé, lo sé... Sal pronto me enseñará a manejar las dagas dobles-.

-¡Ah! ¡Sufrirás! Mi venganza es mía!-.

Ron soltó una carcajada semidemónica y semipsicopáta. Harry hizo un mohín. Era injusto. ¿Por qué no podía apoyarlo? Bueno, en relatividad, Harry tampoco lo hacía, y se divertía burlándose de él, de su cansancio y de sus quejas. ¡A menudo eran muy originales!.

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