III

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Min Yoongi de inmediato se enteró de lo que los pueblerinos hablaban entre ellos

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Min Yoongi de inmediato se enteró de lo que los pueblerinos hablaban entre ellos. Era de esperarse, casi en cuanto puso un pie en Icheon, todos se le acercaron para contarle las novedades. No era un apasionado del chisme, de hecho, traba de ignorar casi todo lo que decían ahí. Agradecía tener su casa lejos de aquel panal de abejas que murmuraban cualquier cotilleo.

Compró las refacciones haciendo oídos sordos, pero hubo un momento en el que su cabeza imaginó al chico del que hablaban. No le dio importancia, todos se asombraban con facilidad, de seguro aquel tipo no era más que un vago.

Al momento en que llegó a casa, los nubarrones de agua se estremecieron ante la oscuridad. La lluvia no lo tocó hasta que bajó del auto. El viento estampó las gotas gordas de agua sobre su cuerpo, empapándolo al instante.

Trotó a la casa luego de haber estacionado el auto. Era noche y la lluvia caía a cántaros. Antes de entrar, verificó desde lejos que el establo estuviera bien cerrado. Y así era.

Se preocupó por el ganado en vano cuando recordó que las vacas estaban bien resguardadas. De hecho, si la lluvia persistía, tendría que ir de todos modos a ordeñarlas en la mañana. No estaban demasiado lejos de su casa, así que no era un problema.

—¡Ya estoy aquí! —anunció su entrada una vez colgó su chaqueta empapada en el perchero.

Las luces de la casa estaban apagadas y había silencio, supuso que su hija ya se había ido a dormir. Para estar seguro y como todo un padre que ama a su hija, subió las escaleras de madera hasta llegar a la habitación de Sukja, donde la puerta yacía abierta pero la figura de la chica estaba bajo los cobertores. Min suspiró tranquilo, aunque algo extrañado de que la puerta estuviera abierta cuando sabía lo mucho que le disgustaba a su hija dormir con ella así.

No obstante, Sukja soltó el aire que tenía retenido y se movió una vez sintió que su padre se alejaba a su habitación.

¿Por qué se sentía como si estuviera haciendo algo prohibido? Fingir que estaba dormida era algo que en su niñez no había hecho, hasta apenas ahora.

Se giró, quedando boca arriba, mirando en el techo la sombra de los árboles mecerse con el viento. Se preguntó si había cometido una terrible decisión por permitir que el chico se refugiara en el establo sin consultarlo con su padre. Meditó. Ella ya no era una niña y brindar ayuda a quien lo necesitara eran valores que su padre alguna vez le enseñó.

Cuando lo vio notó que no se encontraba en las mejores condiciones. ¿Y si le sucedía algo durante la noche? No quería meter en aprietos a su padre. Creyó mejor hacer algo por el desconocido que se hacía llamar Jeon Jungkook.

Se levantó y, arropándose con un cobertor de su armario, salió de puntillas.

Confiaba en el sueño profundo de su padre, una vez dormido este ya no despertaba hasta que el sol saliera, ni siquiera un ruido tan fuerte como los truenos de una tormenta lograban perturbar su descanso.

HAYLOFT | Jeon Jungkook ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora