I

101 13 25
                                    

La joven salió a tomar aire al balcón de la solitaria casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




La joven salió a tomar aire al balcón de la solitaria casa. Los curiosos niños escondidos entre el maizal la vieron al fin luego de haber esperado 1 hora. La intriga por llegar a conocer a la misteriosa chica de la granja de la cual todos hablaban en el pueblo, los llevó a escabullirse como animalillos asustados entre la hierba seca. Con las rodillas sucias de tierra y los cabellos llenos de paja, observaron a la joven que miraba al horizonte con ojos vacíos.

Era linda a pesar de estar demacrada y tener la piel de los brazos con quemaduras, pero también daba miedo.

—¿Será verdad lo que dicen? —preguntó uno de los niños de ojos rasgados.

—Sshh, nos puede oír —silenció el otro, sin despegar sus ojos de la fémina temiendo que, si apartaba la mirada, esta los pudiera encontrar.

Los rumores corrían rápido cuando una tragedia sucedía. No hacía mucho que el establo de aquella granja familiar se había incendiado causando la muerte del dueño y conocido señor Min Yoongi; sin embargo, lo que causaba estupor, era la razón por la cuál había muerto.

La misma razón personificada que yacía de pie en el balcón de lo que alguna vez consideró un hogar: Min Sukja.

Los niños permanecieron quietos, mirando cualquier cambio mínimo de expresión en el rostro pétreo de la chica, sin esperar que una acción simple como tirar del gatillo de una escopeta  los hiciera ser testigos de una espantosa escena.

•••

El señor Min se despertó temprano aquella mañana para trabajar. Su granja era su más valiosa posesión seguido de su única hija que iba en camino a los veintes. No necesitó de mucha ayuda para sacar adelante  las tierra fértiles que había pasado de generación tras generación hasta sus manos.

La tetera chilló, trayendo el continuo recuerdo de su amada esposa ya fallecida que solía despertarlo con una buena taza de café recién preparado. Podía todavía escuchar dentro de sus recuerdos la risa de su mujer y las melodías que entonaba con su preciosa voz.

El parto de su única y primera hija, fue el último momento en el que su esposa exhaló su espíritu. La muerte permitió que una nueva vida llegara, a cambio de llevarse a la progenitora. Yoongi estuvo dispuesto a dejar ir al amor de su vida con tal de cuidar por la eternidad a la pequeña que su esposa y él esperaron con ansias hasta ese día de su nacimiento.

—Papá, ya me voy. —Su hija, una réplica casi exacta de su madre, anunció su  salida  para hacer las compras en el pueblo.

Se despidió de ella con un beso en la frente antes de que esta saliera corriendo afuera.

Sukja adoraba tanto a su padre pues era lo único que tenía en su vida. Sin él, la vida sería un martirio. No le importaba que fuese protector con ella, entendía bien el sentimiento de angustia por llegar a perderse el uno al otro.

Llegó de inmediato al pueblo montada en su bicicleta gracias al vuelo que le dio la colina inclinada. Saludó a cada persona que se topaba durante el camino, desde el tuerto viejo Hong hasta la señora Jung, madre de 5 hijos. Todos en el pueblo se conocían muy bien los unos a los otros que señalarían a  una cara nueva en cuanto la vieran.

Tal como sucedió aquella mañana cuando un joven extraño deambuló por las calles principales, siendo observado por aquellos que habían despertado más temprano que los demás.  No hicieron tanto alboroto pues parecía que el chico solo iba de paso, quienes lo vieron dijeron que había cruzado la calle a paso lento hasta desaparecer.

Pero lo que sus miradas curiosas no pudieron ver fue el estado en el que realmente se encontraba aquel hombre joven.

¿De quién se trataba?



_____________________

HAYLOFT | Jeon Jungkook ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora