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Desde su órbita, Venus observaba "disimuladamente" al Sol, esperando el momento en el que esté se durmiera

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Desde su órbita, Venus observaba "disimuladamente" al Sol, esperando el momento en el que esté se durmiera. Pues, quería ir al cinturón de asteroides a buscar el traje erótico de conejito que la Tierra le había regalado hace tiempo. Irónicamente, le había dicho al planeta con vida que jamás usaría tal cosa, pero ahora prácticamente estaba dispuesto a hacerlo con tal de recibir un poco de cariño y aprobación.

— ¡Venus! ¿Me estabas mirando? — La voz chillona del planeta más cercano al Sol interrumpió sus pensamientos. Dirigió su atención hacía el más pequeño, quién lo miraba curioso y sonriente.

— ¡No te estaba mirando a tí, idiota! — Respondió molesto. — Además, no puedo verte desde aquí porque estás bien enano ¡Jajaja! — Se burló y se acercó a él para reírse en su cara.

— ¡Sabés qué, mejor me voy a hablar con el Sol! Es un loco y todo, pero al menos es MUCHOOO más agradable que tú. — Gritó el planeta pequeño molesto y acto seguido le sacó la lengua como burla.

Venus bastante ofendido persiguió e intentó atrapar a Mercurio para golpearlo, pero este, con su gran velocidad logró escapar.

— ¡AGH! MALDITO ENANO... ¡UGH! LA PRÓXIMA VEZ NO LOGRARÁS ESCAPAR DE MI... — Gritó entre jadeos, completamente cansado por haberlo perseguido. Se recostó contra el asteroide que le había robado a Tierra y se relajó para recuperar fuerzas.

Pasaron varios minutos y desde su cómoda posición, observó como Mercurio y el Sol empezaban a hablar sobre algún tema en particular. El Sol estaba muy concentrado en la plática que no notaría su ausencia, así que aprovechó eso para dirigirse al cinturón de asteroides.

Con mucho sigilo, avanzó por la tercera órbita evitando ser descubierto por Marte o por Tierra, quiénes se habían juntado en cuanto vieron al Sol distraído.

Con éxito acabó el recorrido por la zona de ricitos de oro. Descanso un rato y pasó la cuarta órbita con tranquilidad hasta llegar a su destino. Al llegar a su lugar privado, lo primero que hizo fue sacar su celular y revisar su cuenta, no vió nada interesante, así que lo guardó y se puso a buscar el traje entre la pila de asteroides.

 Al llegar a su lugar privado, lo primero que hizo fue sacar su celular y revisar su cuenta, no vió nada interesante, así que lo guardó y se puso a buscar el traje entre la pila de asteroides

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𝘼𝙙𝙞𝙘𝙩𝙤 𝙖𝙡 "𝙖𝙢𝙤𝙧"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora