Primera epístola
No sabría cómo expresarme, pues nunca fui hábil en ello; la distancia se ha convertido en una forma única e inigualable de comunicación. Nunca fui una buena persona, he sido un mentiroso, y tú lo sabes bien. A pesar de ello, me amaste, me quisiste, dijiste que yo era para ti y me elegiste. Optaste por un camino de sufrimiento por mi causa. A veces pienso y lloro, reflexionando sobre cómo pude haber sido tan feliz contigo, pero el corazón es cruel; no amamos a quienes nos aman de verdad.Aprendí que, aunque me ames con el corazón en la mano, aunque seas un caballero, y lo fuiste, jamás podré sentir lo mismo. Aquí se aplica la célebre frase: "no eres tú, soy yo." Yo he decidido pensar en momentos como estos, y aunque a veces quisiera arrojar todo al receptáculo de desechos, mi corazón aún te quiere, te necesita, y algún día anhela verte nuevamente.
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Me alegro
Roman d'amourMis palabras han perdido la delicada sutileza de la expresión, y es en mi corazón donde reside la verdad de todo aquello que pudo haber sido. Eres alguien, portador de tu anhelado destino, y en esa soledad, me regocijo. En el horizonte se oculta una...