El Fabuloso Circo Fazbear

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En los Estados Unidos de América, durante la década de los 20s, un pueblo pequeño pero con gran cantidad de habitantes y una economía basada en la agricultura, Hurricane, Utah, la gente vive con alegría, múltiples celebraciones religiosas se realizaban, varios bailes eran organizados, y la familia era unida. Sinceramente, una aldea deseable por cualquiera. Con tantas risas y felicidad, los habitantes pensaban que nada podría ser mejor, y, aunque en los primeros años de la pequeña ciudad esto era cierto, en la año 1919, una sorpresa inesperada pero bien recibida llega. No era más que nada ni menos que, William Armstrong, un excéntrico pero amigable director de circo, quien saludo con encanto y energía al pueblo, mostrando una gran elegancia y cortesía, no era la gran cosa ciertamente, en un pueblo tan alegre, pero el tenía algo especial, una especie de amabilidad mágica, que hacia que todos quisieran pasar tiempo con el, tomar algo, o hablar de intereses personales.

    El joven William, siempre con su traje morado y sombrero, contagio a la aldea entera de risas nuevas, algo especial, y diferente a lo pasado, tenía un sentido del humor refinado pero ingenioso y muy carismático. Incluso ayudaba en celebraciones de la iglesia y uno que otro evento. Era la estrella del pueblo, quien no quisiera ser como el, sería llamado lunático, ciertamente.

La gente decía que el era bondadoso como un ángel, una vez vieron como ayudó a rescatar a un pequeño perro que se atasco en las vías del tren. Se mencionaba también que era respetuoso y encantador como un caballero de la edad media, nunca fue atrevido con ninguna dama del pueblo, pero siempre se aseguró de tratarlas como reinas.

El era realmente, el hombre perfecto, mucho mejor que cualquiera del mundo. No es que los demás de Hurricane o de fuera, fueran cerdos, ni mucho menos, pero, ninguno de ellos tenía tanta perfección como el joven Armstrong.

    Obviamente, William debía ganarse la vida de una u otra manera, participar en fiestas de la iglesia no es suficiente. Afortunadamente, tenía ciertos dotes de la mecánica, que, al juntarlos con la brillante mente de un amigo, fueron capaces de crear maravillas. El encargado de ayudar a William en esa tarea fue Henry Emerson, un chico de casi su misma edad, pero una personalidad más apagada y fría. Ambos se llevaban bien y juntos, comenzaron un plan de trabajo y entretenimiento excelente, algo nunca antes visto en Hurricane, un circo, pero no un circo y ya, esto sería más como, "El Circo", que ciertamente, aunque fue difícil idearlo y diseñarlo, con esfuerzo, lograron hacerlo realidad.

La idea de ambos era sencilla, crear un carnaval donde las risas abundarian, y no haya dolor ni tristeza. La duda es como hacer esto, si el pueblo ya cumplía con esto desde raíz, pues Henry tenía la solución: robots. Al oir esta idea, William lo pensó un poco, y tras diseñarlos, y ver el resultado, ya supieron que el espectáculo sería todo un éxito.

    Entre ambos crearon algo llamado, animatronicos, seres artificiales que simulan vida, y mezclando la creatividad y carisma de William, junto a él intelecto y ingenio de Henry, fueron capaces de crear unas maravillas de la tecnología, ellos no quisieron mostrar su obra a nadie hasta la apertura del circo. Por lo que, William se encargó de invitar varia gente a un evento especial de forma totalmente gratuita y con la experiencia de ser un evento exclusivo de Hurricane.

Finalmente, las personas pudieron asistir al circo, admirando las decoraciones y vibra alegre de la caravana. William y Henry se presentaron con alegría y encanto, obviamente William fue más encantador que su compañero, pero después de una introducción un poco alargada pero divertida, el hombre mostró su mayor creación junto a Henry, los telones se abrieron y tres máquinas coloridas aparecieron, parecían vivas, un poco confundidas al ver al público, pero, con una pequeña conversación entre William y uno de ellos, supieron sus nombres, Frederick Fazbear, Bonner Bonbon, y Chicey Hock. En un momento, William buscó en unas cajas y sacó una marioneta, parecida a Frederick, que al ponerla en la mano de Bonner, cobró vida, presentándose como Freddy, y empezó a charlar con el, de forma sarcástica y un poco seca. Todo el público estaba sorprendido por la naturalidad con la que las máquinas se exresaban, y observaron atentos.

Tras pasar la noche y todos volver a sus casas, encantados con el espectáculo, Henry y William se dieron cuenta de que crearon un éxito claro. Pintando algunos carteles con un color brillante y lleno de vida, terminaron el logo de la caravana, y, finalmente nombraron oficial, el "Fazbear Circus"

Five Nights at Fazbear Circus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora