— Woah — digo boquiabierto mientras sostengo la cámara instantánea antigua con ambas manos, admirándola detenidamente.
— Es una cámara instantánea antigua... ha pasado mucho tiempo desde que veo una — comento mentalmente con una sonrisa.
Llevo la cámara a mi cara en un intento de sacar una foto, pero no tengo éxito; parece que no funciona por alguna razón a lo que mis esperanzas se desploman.
Están A o B motivo, si no es A|por el flash, entonces es B| tal vez se haya estropeado. —Espero que no sea lo segundo... —
Finalmente, cuelgo la cámara de mi cuello con la ayuda de la cinta que tiene, cierro la puerta del vestíbulo y me encamino nuevamente hacia la cocina, donde está mi madre.
—Mira lo que me acabo de encontrar— digo emocionado mientras sostengo la cámara en mi mano y la examino detenidamente.
Ella me mira con sorpresa y sus ojos se iluminan al verla. —¡Vaya! ¡Pero si es mi cámara instantánea de cuando era una chavala!— exclama mientras me acerco para devolvérsela, al fin y al cabo es suya.
╰› —Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que la vi— comenta mientras cuidadosamente toma la cámara de mis manos como si fuese algo de cristal. —Aunque la verdad es que no la usaba mucho.—
Ella acerca la cámara a su rostro para examinarla mejor y luego me apunta con ella para tomar una foto. Su expresión cambia a una de disgusto cuando ve que la imagen sale oscura y con colores muy saturados.
—¿Está... estropeada? — pregunto con cautela.
Ella niega con la cabeza. — No cariño, es el flash — responde mientras me devuelve la cámara y yo la cuelgo de nuevo alrededor de mi cuello. — Quizás la bombilla esté fundida, o tal vez la batería esté baja, algo así.—
Guardo silencio, con los labios formando una ligera mueca hacia abajo, mientras pienso en soluciones pero mi mente se queda en blanco.
Después de un rato pensando qué hacer para solucionarlo, recuerdo lo que estaba haciendo y saco mi libreta y el bolígrafo que había quitado hace un rato de mi abrigo.
—Permiso— escucho de su parte, luego veo cómo me arrebata de las manos la libreta junto al boli y comienza a escribir en una de las hojas una lista.
╰› —Sabes? En el pueblo hay un fotógrafo que solía vender repuestos de cámaras. Podrías ir allí a ver si puede arreglarla o si conoce a alguien que pueda hacerlo.— sugiere mientras termina de hacer la lista y me devuelve mis cosas. —recuerdas el campo de tulipanes por donde pasábamos cada que íbamos a la casa de esa señora de gafas que es escritora??— pregunta a lo que niego ligeramente con la cabeza.
—No, no me acuerdo ¿Cómo se llamaba..?—
—Se llama América pero le decíamos Maricarmen— termina de decirlo y se hecha a reír.
Aprieto los labios en una mueca —y eso?—
Intenta dejar de reir para poder responder, pero estalla en carcajadas nuevamente.
—No entendí.—
—Perdón, perdón— finalmente logra parar de reir y carraspea un poco para continuar —no recuerdo muy bien, pero a mí por lo menos me gustaba molestarla—
Me quedo en silencio esperando a que continúe a lo que nuevamente le da un ataque de risa.
—Mamá por favor, no da gracia...— sin respuesta alguna, solamente escucho como ríe aún más fuerte a lo que echo un suspiro y espero unos minutos a que pare.
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El arte de escuchar
RomanceAurelio, vuelve a su pueblo natal en una pequeña zona de Italia, donde pasó sus primeros años de vida, luego de un largo tiempo en la ciudad, donde terminó su carrera estudiantil. Un día encuentra una cámara antigua que perteneció a su madre, por l...