Besos de caramelo

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-¿Qué haces?-Le pregunto apartándome.

-Paula, te quiero ¿Quieres ser mi novia?-Dice un poco nervioso.

Me quedé paralizada, yo le quiero, pero no podía dejar escapar un “Sí” de mis labios. Más bien porque me lo robó él al besarme.

Se oyen unos golpes en mi puerta. Era mi hermana, Isabella.

-¿Quién es?-Pregunto sin intención de abrir.

-Isabella, abre-Me responde.

-Un momento-Digo.

Sin pensarlo, agarré a Sergio del brazo y lo llevé al baño. Le escondí detrás de la cortina blanca y que se transparentaba una pizca, de una gran ventana de cristal y cerré las dos cortinas, salí del baño y cerré la puerta.

Me relajé un poco, intenté disimular mis nervios y fui a abrir a Isabella.

-¿Por qué has tardado tanto en abrir?-Me pregunta un poco mosqueada.

-Perdón, me habías pillado cambiándome-Respondo apartándole la mirada.

-¿Tanto has tardado para vestirte de esa manera?-Me contesta bordemente.

-Pues sí ¿Algún problema?-Respondo asquerosamente.

-Vale, vale no te pongas así. Recuerda que hemos quedado a las cinco esta tarde en la heladería que está en frente de Montepicaza ¿Vale?-Dice Isabella.

-¿Quiénes hemos quedado?-Pregunto.

-Estela, Adán, Jaicob, Sergio, tú y yo-Responde.

-Vale.

Cuando por fin se va Isabella, justamente sale Sergio del baño.

-Sales unos instantes antes y nos pillan-Le digo gruñéndole.

-Pero  no nos han pillado-Responde tranquilamente.

-Bueno, pues hasta esta tarde-Digo abriéndole la puerta educadamente.

-Oye, que no me has respondido ¿Sí o no?-Dice insistiéndome como un crío.

-¿Tú que crees?-Digo sonriendo.

-Pues… no sé ¿Sí?-Dice inseguro.

-Pues claro-Digo tirando un poco de su camiseta y dándole un beso.

Nos despedimos, se va, cierro la puerta de mi habitación, abro la ventana para que entre algo de aire y me dejo caer en la cama.

Hoy, 31 de julio de 2013, he empezado mi relación con Sergio. El único problema es la distancia. Yo no vivo aquí, sólo he venido a pasar las vacaciones, al menos, estaré aquí hasta Septiembre, tengo que aprovechar el tiempo al máximo.

Se acercaban la una de la tarde. Aún faltaba poco más de una hora para reunirme a comer. Cogí mi Ipod touch blanco y mis auriculares azules y puse la música.

Sonaba mi canción favorita, “Lay it on me” de Kelly Rowland. Le di más volumen, cogí el móvil, lo guardé en el bolsillo junto al Ipod y me fui a dar un paseo.

Con el calor que hacía, aproveché y me compré un granizado de limón en la heladería donde habíamos quedado por la tarde.

Me senté en el verde césped del parque. Bajo la sombra de un gran árbol. Saqué el móvil y mire mis Whatssap y correos electrónicos. Terminé de ver mis notificaciones y guardé el móvil. Justamente cuando lo guardé me llegó un mensaje. Lo miré y era de Sergio. Nada más leerlo no pude evitar sonreír, no tardé en contestar:

Sergio<3:

¿Qué tal si pasamos de ir está tarde con los demás y nos vamos solos a otro lugar?

Al LímiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora