Agarré su mano con todas mis fuerzas. Al saltar, mi vida pasó en cuestión de segundos. Abrí los ojos y cogí todo el aire que pude. Sergio me miró y antes de sumergirnos... Me besó.
Yo me dejé. Caimos al agua. Sin querer quise coger aire debajo del agua y empecé a ahogarme. Intenté salir a la superficie, pero estaba tan sumergida que no pude. Tan sólo recuerdo recuerdo una cosa... Él me había besado.
Desperté y estaba anocheciendo. Tumbada sobre mi toalla color verde y arropada con otra roja. Sergio llegó con mis cosas en las manos y las dejo junto a las suyas.
-Por fin has despertado. Empezaba a preocuparme-Dice.
-¿Qué me ha pasado?-digo.
-Te diste un golpe al intentar salir hacia la superficie-Dice.
-De ahí mi dolor de cabeza...-Digo llevándome la mano a la cabeza.
-Vamos a ir regresando, ya es un poco tarde-Dice levantándose.
-¿Y los demás?-Pregunto.
-Se fueron hace un rato, quedé esta noche con ellos a las once-Dice.
Me puse los pantalones y la camiseta y guardé la toalla. Hacia frío, por lo que me puse la sudadera verde que llevaba por si es caso. Nos fuimos de la isla. Al llegar a la ciudad eran las nueve aproximadamente. Él me acompañó al hotel. Quedamos en que a las once de esta noche me recogeria. Le di un abrazo y se fue.
Fui a cenar con mis padres. Isabella no estaba, debía de estar con Adan, Jaicob y Estela. Poco después de cenar fui a darme un baño relajante. Puse música tranquila y sólo dejé una luz que alumbraba poco. Me bañé y después me sequé. Me puse unos vaqueros negros y largos, una camiseta de tirantes azul celeste y unas sandalias negras y sin tacón. Me delineé y me guardé el movil y el dinero en los bolsillos del pantalón.
Quedaban quince minutos para las once. Salí a ver como estaba el tiempo. Simplemente hacia fresco. No cogí chaqueta pues.
Llegaron las once. Me perfumé un poco con mi permufe preferido. El que olía a canela. Justamente llamaron a mi puerta. Era Sergio.
-¿Qué haces aquí?-Pregunto.
-Es evidente, hemos quedado-Dice apollándose en la puerta.
-Ya, pero... ¿Cómo sabes que mi habitación es esta?-Digo.
-Tu hermana me dijo el número-Dice.
-Vale-Le respondo.
-¿Nos vamos?-Pregunta.
-Sí-Digo.
Caminábamos por calles con.poco movimiento. Apenas pasaba alguien por allí. A los quince minutos aproximadamente llegamos a la.plaza. El centro de ocio. Los.camareros servían las copas a sus clientes y los.niños correteaban. Observé que habían puesto luces.
-¿Y esas luces? ¿Estaban ayer?-Pregunto.
-Que va, las pusieron hace un rato. Mañana comienza la feria¿Vendrás?-Dice.
-Por supuesto-Digo sonriéndole.
Sobre las doce nos sentamos a tomar algo...
-¿Qué desean tomar?-Pregunta una camarera formalmente.
-Yo un cubata-Dice Sergio.
-¿Y la señorita?-Dice la camarera.
-Em... yo un ron con cola-Digo.
La camarera nos sirvió las bebidas. Al rato trajo una tapa para acompañar. Sergio y yo empezamos a hablar de cuando eramos jóvenes. Mejor dicho, cuando estudiabamos en la E.S.O. Él me sacaba tres años y había repetido unas cuantas veces.
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Al Límite
RomanceEse día, corría por la dorada y fina arena de la playa. Mis pies chapoteaban en el agua cristalina. Allí sólo nos encontrábamos él y yo.