EL NUEVO PATRÓN

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Ambientado en el pasado.

ʕ⁠´⁠•⁠ᴥ⁠•⁠'⁠ʔ La imagen está más abajo.

◼️ Como de costumbre, Leonardo había pasado todo el día en el río, pero esta vez en solitario, disfrutando de la frescura del agua y de la melodía natural del lugar. Ni Rafael, ni Miguel, ni Donatello habían podido acompañarlo, y mucho menos Jacinto

◼️ El sol comenzaba a ocultarse y la ventisca del anochecer movía de un lado a otro las hojas de los árboles... esa era la señal para que Leonardo regresara

◼️ De regreso en su camioneta, tarareaba e intentaba sincronizar la radio, pues a falta de acompañante, necesitaba algún tipo de ruido para no sentirse solo

◼️ Intentaba ganar tiempo tomando un camino más largo y conduciendo despacio. Ya tenía asegurado un regaño al regresar a casa, así que unos minutos adicionales no harían la diferencia

◼️ Al llegar a la hacienda, notó un ambiente paralizado... No había movimiento de trabajadores, lo cual le resultó extraño, ya que a esa hora todos deberían estar retirándose a sus hogares

◼️ Aquello lo hizo sentir inquieto, así que fue a buscar a Jacinto. Quizás su presentimiento era una exageración y simplemente estaban trabajando horas extras

◼️ No fue difícil encontrar a los trabajadores, ya que todos estaban reunidos cerca de las caballerizas

◼️ "¡Hey!" saludó Leonardo de manera simpática, provocando que todos voltearan. "¿Todo bien?"

◼️ Todos se miraron entre sí, con semblantes serios y desanimados, buscando en el otro las palabras necesarias para responder a esa pregunta. Sin poder decir nada, se limitaron a quitarse el sombrero y desviar la mirada

◼️ "¿Qué pasa?" inquirió Leonardo, preocupado. Se acercó a ellos y de entre el montón de gente, salió su amigo

◼️ "Lo siento mucho" dijo Jacinto y Leonardo lo miró confundido. Jacinto hizo una seña y los demás se apartaron, dejando ver en el suelo un cuerpo tendido, cubierto con una manta

◼️ Leonardo no necesitaba levantar la manta para saber que se trataba de su padre, pero igual quiso hacerlo. Al descubrir su rostro, sintió una punzada en el pecho; era normal, acababa de perder a su padre, estaba muerto frente a él. ¿Debía llorar? No tenía ganas de hacerlo. "¿Cómo sucedió?" preguntó en voz baja

◼️ "Fue un infarto" respondió su amigo. "Falleció hace una hora"

◼️ Leonardo asintió y volvió a cubrir a su padre. "Todos regresen a sus casas" dijo con frialdad

◼️ Obedecieron, excepto Jacinto, quien se quedó con su amigo, acompañándolo durante todo el proceso de defunción, la planificación del funeral y, lo más importante, el duelo

[El día del velorio...]

◼️ Leonardo no podía describir cómo se sentía; una mezcla de emociones, pensamientos y cansancio lo invadían. Apenas pudo levantarse de la cama y darse una ducha. No tenía apetito para desayunar; apenas tomó un café para mantenerse con «energía» y aguantar hasta la hora del velorio

◼️ Más tarde, Leonardo se dirigió a la casa funeraria del rancho (ni de chiste velaría a su padre en la casa). Al llegar, ya había algunos conocidos acompañando a su padre. Recibió el pésame y se apartó en una esquina, lo más lejos posible del ataúd

◼️ Poco a poco comenzaron a llegar sus amigos junto a sus familias, así como los trabajadores, socios y allegados de su padre. Leonardo tenía la pequeña ilusión de que su madre se presentara, pero no fue así

◼️ Leonardo se desconectó de la realidad, ignorando por completo lo que estaba sucediendo. No fue hasta que alguien se acercó para darle el pésame que reaccionó. "Lamento tu pérdida" dijo el hombre. Levantó la mirada; se trataba del notario de confianza de su padre. "¿Podemos hablar un momento?"

◼️ Asintió y salieron del lugar. "¿Qué sucede?"

◼️ "Bueno... voy a estar fuera del rancho por algunas semanas, así que debo resolver lo de la herencia de tu padre antes de partir" dijo con un suspiro. "Siento tener que abordar esto en este momento, pero cuanto antes lo tratemos, mejor"

◼️ "¿Herencia? ¿Mi papá dejó testamento?"

◼️ El notario negó con la cabeza. "Él se negaba a redactar un testamento; creía que era demasiado pronto para pensar en su muerte"

◼️ "¿Entonces?"

◼️ "Al no haber un testamento, los bienes serán heredados por los descendientes y el cónyuge; es decir, tú y tu madre"

◼️ "Pero mi madre se separó de mi padre hace años"

◼️ "Lo sé, pero no se divorciaron; así que, legalmente, también tiene derecho a la herencia" concluyó el notario. "No quiero abrumarte, así que mañana pasaré a la casa. ¿De acuerdo?"

◼️ Así fue que, al día siguiente del entierro de su padre, el notario se presentó en su casa. El hombre hablaba sin cesar sobre propiedades, tierras y dinero. Leonardo no podía molestarse con él; al fin y al cabo, solo estaba cumpliendo con su trabajo

◼️ "...y estas escrituras son de tu casa" dijo el notario, entregándole los últimos documentos. "¿Alguna pregunta?"

◼️ "Sobre mi madre..."

◼️ "Intentaré localizarla para informarle sobre la herencia, pero no puedo asegurarte que la encuentre"

◼️ "Entiendo..." Leonardo guardó silencio por un momento

◼️ "¿Qué piensas hacer con el negocio?"

◼️ "No lo sé, supongo que hacerme cargo..."

◼️ "Te lo pregunto porque aún eres joven para asumir todas las responsabilidades que tenía tu padre. Si no deseas encargarte de todo, quiero que sepas que tienes la opción de venderlo" el hombre se levantó y se dirigió hacia la puerta. "Piénsalo y luego me avisas. Nos vemos"

◼️ Leonardo permaneció en la oficina de su padre durante bastante tiempo, reflexionando sobre la idea de «venderlo todo»

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◼️ Leonardo permaneció en la oficina de su padre durante bastante tiempo, reflexionando sobre la idea de «venderlo todo». Aún podía mantener su plan de dejar el rancho si optaba por vender los bienes que, con mucho esfuerzo, su padre había conseguido. Pero se preguntaba si realmente era la mejor opción para él

◼️ En eso, el toquido a la puerta interrumpió sus pensamientos. "Pasa" dijo Leonardo en voz alta

◼️ "Disculpe que lo moleste, patrón" dijo Jacinto. "Los muchachos están preocupados por el trabajo y quieren hablar con usted"

◼️ "Eh... diles que en un momento me reuno con ellos" Jacinto asintió y salió de la oficina

◼️ "¿Patrón?" se dijo a sí mismo. Independientemente de todo, afuera había un montón de gente que ahora dependía de Leonardo. Asumir el puesto de su padre nunca estuvo en sus planes, pero su corazón le dictaba que debía hacerlo; que debía quedarse...

𝗗𝗢𝗡 𝗟𝗘𝗢𝗡𝗔𝗥𝗗𝗢, 𝗣𝗥𝗜𝗠𝗘𝗥𝗜𝗭𝗢 𝗬 𝗣𝗔𝗣Á 𝗖𝗛𝗜𝗡𝗚Ó𝗡 | 𝙏𝙈𝙉𝙏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora