— Estos días has estado muy sentimental.
— Lo sé. Estoy en mis días — se quejó con un puchero.
— No es una excusa, y lo sabes.
— En serio. Te lo juro — y así era, por más pensamiento machista que fuera, en sus “días de infierno” como ella decía, se ponía más sentimental de lo normal.
— Hmh. Haré como que te creo — Jennie rodó los ojos divertida.
Min estaba conduciendo a la casa de su amiga para dejarla ahí sana y salva. El cabello era todo un desastre en ambas mientras se iba para atrás y el cuento les pegaba en la cara.
— ¡Llegamos! — se estacionó mientras se bajaba a despedirse.
— Nos vemos mañana. Adiós, linda — dijo su amiga mientras se fundían en un abrazo.
Cuando la castaña vió que su amiga ya estaba dentro de su casa, emprendió camino en la suya. Ahí fué cuando le llegaron los dolores del periodo. Cuando está con personas no le duele nada, pero casualmente cuando está sola le duele más que nada en el mundo; le duelen las caderas, el vientre, la espalda, siente escalofríos en las piernas, le duele todo el cuerpo y las ganas de vomitar que tiene son imensas.
Si, realmente un dolor de infierno.
— Voy a morir — comentó tocando su vientre fuertemente esperando que calmara su dolor.
Llegó a su casa y entró al baño cambiando su toalla femenina. Se miró al espejo antes de salir, estaba pálida y las ganas de vomitar no se quitaban ni aunque lo hiciera.
Trato de dormir en la noche, pero no podía hacerlo por los fuertes dolores, quería tomar una pastilla pero quería ver cuánto aguantaba. Y lo hizo, hasta que no pudo soportarlo y fue a su cajón donde se encontraban, pero lastimosamente no había.
— Maldita sea — se quejó por lo bajo.
Decidió prepararse un té a mitad de la noche, es lo que le había enseñado su madre. Mientras se calentaba el té de canela miraba su teléfono en su sofá acostada.
Su ceño se frunció cuando un número desconocido le marcó. Pensó en no contestar pero podría ser una emergencia.
— ¿Hola? — preguntó sintiendo un calambre muscular.
— ¿Qué haces? — se escuchó del otro lado del teléfono.
— ¿Quién es?
— Espera. ¿Borraste mi número? — el chico se sorprendió.
— ¿Park Jae-eon?
— Si — afirmó.
— Bueno... — ¿estaría mal si comentará que ella jamás agregó su número?
De pronto sintió un dolor y se retorció en el sillón haciéndose bolita.
— ¿Por qué está repentina llamada? — cuestionó cuando se recupero.
— ¿Qué le pasa a tu voz? ¿Estás enferma? — preguntó escuchando a la chica removerse y quejarse.
— No me siento muy bien que digamos — no quería decirlo, pero le salió de la boca.
— Estoy por tu casa.
— Espera. ¿Tú como sabes dónde está mi casa? — abrió sus ojos asustada.
— ¿No recuerdas cuando fuimos a la reunión y te recogí?
— Ah, si. Lo siento — se disculpó.
— Estoy cerca de tu casa — volvió a decir.
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𝐎𝐧𝐞 𝐎𝐟 𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐢𝐫𝐥𝐬 ⸻ 𝐧𝐞𝐯𝐞𝐫𝐭𝐡𝐞𝐥𝐞𝐬𝐬
Fanfiction♪ 𝐈 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐰𝐚𝐧𝐧𝐚 𝐛𝐞 𝐨𝐧𝐞 𝐨𝐟 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐠𝐢𝐫𝐥𝐬 𝐭𝐨𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭 ♪ Park Jae-eon ✗ fem!reader