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"Bien Sanemi, solo debes respirar profundo, no te comportes como un maldito animal, dale una buena impresión, asi se enamorará de tí, se casarán y tendrán una linda familia. El plan perfecto".

Pero quizá si lo pensaba con detenimiento está era una mala idea, quizá debió planearlo mejor, una cita con Tomioka Giyuu suena como algo de ensueño, y él no puede creer que este aquí y ahora, con el uniforme de la compañía y seguramente con el cabello desordenado, debió regresar a casa, haber tomado un baño y ponerse algo que le quedará mejor, peinar su cabello y usar algo de perfume.

Por otra lado Giyuu sólo veía como Sanemi intentaba acomodar su cabello de manera casi frenética, se le notaba el nerviosismo, mientras el albino aún seguía prácticamente colgado de su brazo, mirandando hacia otro lado y con las mejillas rojas; era algo extraño de ver, el siempre rudo e imponente pilar del viento comportándose como una chiquilla de 15 años en su primer enamoramiento, sabía que en el fondo ese no era Shinazugawa Sanemi y que todo era gracias a una técnica de sangre, aún así, Sanemi tenía la mala y cruel costumbre de inventar historias y burlarse de él cada que podía en compañía de Iguro, ¿Será tan malo si él se divirtiera también un poco?.

Quizá si, o quizá no. Debía ver el lado divertido.

Pero aún así no era una persona tan cruel como para inventar rumores crueles o romperle el corazón, era más divertido verlo entrar en pánico gracias a los nervios.

—Sanemi, cariño, yo creo que tu cabello se ve lindo así—. Le dijo, con una pequeña pizca de maldad que tuvo un sabor aún más dulce cuando el mencionado giro el cuello para verlo tan rápido que seguramente debió doler, los colores se le subieron al rostro e hizo un gesto gracioso.

Me llamo cariño, y dijo que mi cabello se veía lindo—. Pensó —¿Qué hago? ¿Qué debería decir?—.

Giyuu estaba más que fascinado con esa reacción, era mejor de lo que se lo había imaginado, era adorable. —Vamos lindo, vayamos a comer-.

"¿Me dijo lindo, de verdad? ¿Me está coqueteando realmente o esto es un sueño? ¡Es tan lindo! ¡Me siento tan feliz y tan... Estúpido.."

Sanemi se descolocó por un momento, realmente se sentía feliz y podía sentir su corazón latir tan rápido como si se le fuese a escapar del pecho, sin embargo eso pensamientos sonaban más algo que diría Kanroji, no algo que diría o pensaría él, aún cuando se sentía atraído por alguien a quien había conocido nunca sonaba así, era tan ajeno así mismo. No iba a negarlo, ser llamado lindo por alguien como Tomioka le subía la autoestima y el ego, pero se sentía tan extraño.

—Creo que en realidad debo irme, lamento haberte quitado tu tiempo— Le dijo en un murmuró, mientras soltaba su brazo y daba media vuelta, listo para comenzar a caminar.

El pelinegro no dijo nada, solo observo al otro marcharse, con ese gesto lleno una confusión genuina; quizá se excedió un poco.

Quizá "sentirse confundido" quedaba corto para explicarlo realmente; no era la primera vez que se sentía atraído por un chico, ¡Y con un carajo! No era precisamente la primera vez que sentia atraído justamente por el imbécil de Tomioka, cuando lo vio por primera vez no pudo evitar pensar que era guapo y que en realidad tenía un cuerpo de infarto, lo que ahora resulta vergonzoso siquiera de pensar; pero después se relaciono un poco más con él y descubrió que no era más que un engreído o simplemente alguien muy ajeno a los demás.

—Necesito una explicación bichito, ahora—.

Sanemi entro a la Finca de las Mariposas, sin tocar o sin mínima muestra de educación o delicadeza para adentrarse a buscar a la dueña de tal lugar.

Shinobu le miro, sin gracia, así es como terminaba el poco entretenimiento que era divertido de ver dentro del cuerpo de cazadores —¿Qué explicación necesitas exactamente, Shinazugawa?—.

—No te hagas la idiota Kocho, porque sabés perfectamente de lo que estoy hablando—.

—Bien, me atrapaste —Se le escapó una pequeña sonrisa mientras alzaba ambos brazos en señal de rendición —La última misión que tuviste en compañía de Tomioka, el demonio con el que pelearon te atacó con su técnica de sangre "De luna llena", se supone que te enamoras de la primera persona a la que ves, porque bueno, ya sabés, la luna llena pone romántica a la gente—.

—Pero lo decapitamos, no tiene sentido que siga activa su técnica de sangre—.

—Es por eso que enviaron a dos pilares, no sé trataba de un demonio especialmente fuerte pero es problemático en cierta forma ¿No es así, tortolo?—.

El albino lo pensó, aún perplejo ¿Así que esa la razón de todo, no es así? realmente no se trataba de su lado racional, simplemente era el arte de sangre de un asqueroso demonio que sólo buscaba joderlo y talvez burlarse de él, apretó los puños lleno de furia, esperando que tal ser estuviese realmente sufriendo y retorciéndose de dolor en el maldito infierno.

Salió del lugar, dispuesto a ir a casa y quizá comprar algunos dulces en el camino; su mente divagaba sin poder evitarlo y siempre lo llevaba al mismo punto, el idiota de Tomioka Giyuu, los colores se le subieron al rostro al descubrir pensamientos cursis y raros acerca de él en su propio mente, pensamientos que le causaban asco y repugnancia, porque realmente no podía gustarle Giyuu, bajo ninguna razón, mucho menos por una dichosa técnica de sangre.

De luna llenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora