Entre miradas y sonrisas

Muy Jodida

Mi mirada se quedó pasmada y colgando en un vacío inmenso, aterrada de que aquella chica en verdad supiera mi más preciado secreto.

-Pero dame detalles de que es lo que sabes, tal vez así te lo confirmo- le dije con la esperanza de que me dijera.

-Está bien- dijo muy calmada, pero sabía que algo más venía acompañando esta frase.

- Haremos un acuerdo- dijo con mirada de aprovecharse de la situación. - Si confirmas que todo es cierto, y no trates de mentirme porque se identificar las mentiras,  mucho cuidado; tendrás que compartir conmigo todos los almuerzos por un mes- dijo con una sonrisa coqueta .

-Hecho- dije al instante y sin pensarlo, aunque dos segundos después me arrepentí de esa respuesta, ya que descubriría si le mentía.  Estaba atrapada, pero no había otra salida.

Estrechamos las manos y se fue, yo toda confundida y totalmente arrepentida de la locura que había hecho, di media vuelta y fui a mi clase. Allí estaba Alan, esperándome con su asiento reservado para mí, solo para que le contara lo que había pasado y porqué mi carácter.

Entré en silencio ya que la clase había iniciado y me senté en mi asiento. 
-¿Que pasó hermosa? ¿Porque esa cara de sementerio?- me pregunta Alan con voz baja para evitar que el maestro lo escuche.

-Estoy jodida! Muy jodida!- le dije con desánimo y con las manos en la cara.

- ¿Que pasó hermosa?, no estas jodida cariño, yo estoy cerca y nada malo pasará - -ya pasó Alan! Mejor cállate y presta atención,  no quiero más preocupaciones en mi vida!- le dije dándole un golpe en el hombro y con cara de preocupación.