Al llegar a la clase de matemáticas con hambre, sueño, calor, una mirada penetrante en la cabeza y un profesor exigente pensé que moriría.
-Por favor presenten sus tareas chicos- dice el profesor tratando de ser amistoso (pero en realidad no lo era), todo el curso se alborotó porque más de la mitad del curso no había terminado la tarea, solo una niña, muy inteligente y aplicada, pero era muy reservada con su cuaderno y nunca lo prestaba.
Yo como siempre la tenía a medias, inventaba una excusa para salir del aula y evitar aquel gran discurso de ser responsable y hacer sus tareas en casa.
-Señorita Diana Valerio Martínez, pase por aquí con su tarea por favor- me llama el profesor. Tomo mi cuaderno de la mesa, me levanto muy lentamente tratando de matar el tiempo, y me acerco.
Le muestro el cuaderno mientras le digo:
-Me ha ocurrido un problema profesor, ¿puedo ir al baño?-
-Sí, tiene permiso- dijo el profesor.Doy media vuelta y salgo lo más pronto posible de ese lugar para ir al "baño", cuando de pronto veo a alguien que subía las escaleras de una tercera planta en el edificio B de aquella universidad, hablaba con una chica bajita, pelo corto, tes blanca, y vestía muy coqueta, simpática y risueña. Apresuro el paso para no dejarme ver, abro la puerta del baño y entro, tratando de esconderme. Escucho que se alejan y salgo al pasillo lentamente, cuando derepente escucho aquella hermosa voz, mi alma quedó congelada, estaba allí próximo al baño de damas, con el corazón latiendo a mil, sudando ahí parada con miedo a voltear, mi mente quedó en blanco, y mis mejillas ardían.
-Hola, cómo estás?-
Escuché aquella voz y sentí que mi alma se derretía como se derrite el hielo al sol, que mi corazón ya no estaba dentro de mí, lo sentía justo ahí debajo de aquel suéter blanco, y que mis pies habían salido corriendo solos.
Allí estaba yo, con el tiempo detenido, pensando qué pasaría si le hablo, si le digo hola, o si salgo corriendo de aquel lugar..Mis pies tomaron valor y mi cuerpo volteó.
-Bien, gracias a Dios-
Dije con voz floja y tartamudeando.Dos ojos no eran suficientes para ver tanta delicadeza, belleza y dulzura delante de mí, mis mejillas ardían como el cálido sol, mis manos y mi cara sudaban incontrolablemente y mi cuerpo quedó inmóvil como una estatua...
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Entre miradas y sonrisas
RomanceDos personas se conocen en la universidad, una de ellas siente sentimientos profundos por la otra, miradas, adrenalina, sonrisas, amor, locura, pasión....