Desengaño

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Ambos sentados uno frente del otro con pensamientos diferentes entre sí.

Alastor no podía saber que es lo que pasaba por la rubia cabeza de Lucifer que no le ha despegado la mirada de encima. Suspiró.

El suspiro de Alastor pareció ser lo que trajo a Lucifer del mundo de pensamientos que lo tenía preso y al fin exteriorizo lo que quiso decir desde que fue recibido en el cuarto del locutor:

- Te extrañe demasiado, Al. – Inmediatamente las orejas de Alastor se pegaron a su cabeza y su sonrisa vacilo. – vine a buscarte en todo este tiempo, cuando tu no fuiste a mi cuarto, pero nunca estabas. Fue horrible. – el ciervo observo la expresión del rey, sus palabras parecían sinceras. Los Rojizos iris del soberano brillaban al verlo, y el mismo se sorprendió cuando Lucifer alcanzo su mano a través de la mesa de té.

- Lucifer. No quise verte este tiempo. – el soberano le dio un ligero apretón a la mano de su cervatillo. Y Alastor cuidadosamente se soltó del agarre. – Yo me siento utilizado por ti. Yo me comprometí con esto... lo que sea que tenemos, me entrego a ti, pero no soy suficiente, no me siento mas que como un escape para tu soledad y como "el mientras tanto" hasta que vuelva Lilith.

- Yo. ¡no fue mi intención hacerte sentir de esa manera! Fueron tantos años... ¡tantos Milenios, no es fácil! – el Rey observo la duda en la mirada de su Ciervo y la incredulidad creció en él. - ¡Soy Sincero Alastor! ¿Por qué dudas? Te creí más comprensivo. – el comentario le dio incomodidad a Alastor. Pero lo dejo pasar. Sabía que no sería fácil para ambos.

- No te equivocabas, soy comprensivo. Pero veo que tu no empatizas conmigo. Lucifer. Entiendo que la relación con la madre de Charlie fue larga. ¡histórica! Todo el cielo, la tierra y el infierno la conoce. El amor que le profesas es único. Comprendo. – Alastor se levantó. De repente sin ánimos de continuar.

- ¡! ¿A dónde vas? – Lucifer se levantó con él. – Alastor. Estamos conversando.

- Su majestad. Tiene razón, debo comprender. Usted Ama a La reina y yo no tengo un lugar ahí. – La voz de Alastor salió sin su filtro de radio. Denotaba la seriedad con la que tomaba las cosas. Lucifer lo tomo por la cadera y lo giro.

- ¡Alastor! ¡de que en el infierno estas hablando! ¿un lugar? Eh decidido estar contigo. Estoy divorciado y ... Lilith ya no es la reina. – El ciervo con los sentimientos por Lucifer aun palpitando sintió la llama de la esperanza en su interior.

- ¿Me elegiste? – Lucifer asintió sin despegar la mirada de su ciervo. - ¿Estas seguro? – Lucifer no asintió, lo tomo de la barbilla y lo beso. Con posesividad, con deseo, con desespero. Y Gruño satisfecho cuando Alastor cedió.

Lucifer no soporto la idea de no estar con el Pelirrojo, se volvió posesivo con el demonio, con la manera de ser, escuchar y de amar, tan particular que tenía. No lo dejaría, Alastor se quedaría con él, como debió ser con Lilith.

Alastor con sus instintos animales se sintió jodidamente bien. Los sentimientos por Lucifer ya estaban, ahora ser dominado por el soberano fue la gloria. Pero aun tenia la duda que comenzó toda su odisea de temores. Separándose del beso y antes de que Lucifer, iniciara un nuevo beso.

- Lu... Lucifer. ¿Esta vez será oficial? ¿Al menos tu hija sabrá de nosotros?

- Mi Cervatillo. Así será si así lo deseas. – Finalizo para volver a sellar los labios de Alastor.

Alastor se dejo dominar, Ama a su rey, Ama a Lucifer, Ama al ángel y al demonio que es.

Sintió las manos de Lucifer aferrar su cadera y siente el poderoso pecho del mas bajo pegado a él, lo guía hasta la cama de la habitación. Siente como es empujado hasta quedar sentado en la orilla con Lucifer entre sus piernas. Gime al sentir la mordida en su labio que Lucifer le dio y abre los ojos notando la mirada candente de Lucifer mientras estira su labio entre sus dientes.

¿PARA UNA VEZ? ¡DOS ESTARIA BIEN!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora