04. 𝑷𝒊𝒄𝒕𝒖𝒓𝒆𝒔𝒒𝒖𝒆

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𝐑𝐨𝐧𝐝𝐚 𝟑: 𝐏𝐚𝐮

   ¡Oh, qué bellas que son las calles de Francia! Qué país más bonito, y qué suerte tenemos de estar disputando una nueva fecha del calendario aquí. El Grand Prix de Pau es un circuito urbano, de poco menos de tres kilómetros. Aquí han ganado leyendas como Louis Renault, Alberto Ascari, Fangio, entre otros grandes corredores. Mentiría si dijera que este circuito se me da bien, porque jamás he estado aquí. Eso generalmente significa el doble de trabajo pendiente.

— Eso es todo por hoy, Sasha —finaliza Alex, mi ingeniero de carrera—. No te preocupes demasiado por la pole o la victoria. Tómalo con calma. Es preferible un resultado en los puntos, a que un error te deje fuera.

— Lo sé, Alex —rodeo mis ojos, al ser la cuarta vez que me advertía sobre ser cuidadosa en mi primera vez aquí.

— Mañana tendrás tiempo para dar unas vueltas de reconocimiento. Sé que no me escucharás, e intentarás arriesgarlo todo. Solo, no rompas el coche, ¿okay?

— Vale, ¿me puedo ir a cenar ya?

   Nos despedimos con una sonrisa. Alex ha sido muy bueno conmigo en este corto tiempo como su piloto a cargo, y es especialmente bueno haciéndome sentir cómoda.

   Por suerte, mi jornada terminó. Camino hasta el hotel, a casi nada de distancia. Al no ser un circuito con instalaciones como otros oficiales como Silverstone o Spa, el tema del alojamiento es un poco más complicado. Por suerte hay un hotel a unos metros de distancia del circuito, y allí nos estamos hospedando en una habitación modificada para poder entrar los tres. Aún no he visto a mis compañeros; fui la primera en llegar, pero como tenía que estudiar el circuito desde cero, estuve desde temprano en la pista. Golpeé la puerta, y esperé a que me abrieran.

— Buenas noches —saluda Gustavo—. Ya nos estábamos preocupando por ti.

— Lo siento, fue un día muy ocupado —entro, regalándole una sonrisa—. ¡Hola Max! —me saluda con su mano a la distancia, ya que tenía la boca llena de comida.

— No te esperamos para cenar, disculpa. No sabíamos cuando llegarías.

— No pasa nada —me senté al lado de Max, ya que la mesita de noche con la comida estaba entre su cama y la de Gus—. ¿Qué hicieron en estos días libres?

— No mucho —responde el estadounidense, sentándose a comer frente a nosotros—. Aproveché esta semana para descansar y aprender un poco de este circuito, ¿ustedes?

— Yo igual, descansé y estuve unos días con mi familia. ¿Tú, Max?

— Pues... siempre ansío el tiempo libre, pero cuando lo tengo, no sé qué hacer. Descansé, seguro. Luego estuve pensando en estar aquí.

— Me pasa igual.

— Debo contarles algo —me acomodo sobre la cama con una gran sonrisa—. ¡Pronto va a ser mi cumpleaños!

— ¿Qué tan pronto?

— Pasado mañana.

— ¿Cuántos años cumples? —cuestiona Max, curioso.

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⏰ Última actualización: Jul 01 ⏰

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𝑬𝑪𝑯𝑶𝑬𝑺 - 𝑴𝒂𝒙 𝑽𝒆𝒓𝒔𝒕𝒂𝒑𝒑𝒆𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora