𝑬𝑪𝑯𝑶𝑬𝑺 - 𝑴𝒂𝒙 𝑽𝒆𝒓𝒔𝒕𝒂𝒑𝒑𝒆𝒏

01. 𝑭𝒊𝒓𝒔𝒕 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒂𝒄𝒕

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𝟐𝟎𝟏𝟑

   Como todas las rivalidades, siempre tienen un origen del cual jamás podrías olvidarte.

   Comenzaba el año 2013, y con él, mi nueva oportunidad de competir. Había ya competido en clases inferiores de karting en años anteriores y los resultados fueron tan buenos que directamente pasé a competir a nivel mundial rápidamente. Y allí empieza todo. Mi primer encuentro con Max Verstappen fue en el campeonato mundial de karting en Europa. Ambos estábamos compitiendo en la categoría KZ1, la más alta de karting a nivel global. Había oído hablar de él desde el primer día que llegué, como el chico que había vencido a pilotos mucho más experimentados que él. Sabía que no era el momento de hacer sociales en un punto tan crítico y competitivo de mi carrera como en el que estaba, pero mi curiosidad fue aún más fuerte que mi sentido común.

   En esa misma tarde, el Sol ya se había ido, y el circuito estaba simplemente iluminado por las farolas. La mayoría estábamos aún allí, puesto que era el primer día y como actividad, habían armado un evento post-carrera con las familias presentes.

— ¡Hola! —saludo con alegría, estirando mi mano para saludarlo— Soy Sasha.

— ¿Qué tal? —responde viéndome directamente a los ojos.

   Su reacción me intimidó un poco. Bajé mi mano, e intenté recomponerme.

— Tú eres Max Verstappen, ¿verdad?

— Así es, soy yo.

— Oh, bueno... tienes buena fama aquí, hablan mucho de lo bueno que eres —intento sonar amable, pero mis nervios crecen a medida que voy notado su falta de interés.

— Supongo que sí, me ha ido bien —esconde sus manos en sus bolsillos, haciendo una mueca algo parecida a una sonrisa para quedar bien.

— Y... ¿de dónde eres?

— De los Países Bajos —respondo asintiendo con mi cabeza, esperando a que él hiciera la pregunta de vuelta.

   Pero en lugar de eso, solo hubo un incómodo silencio. Estuve a punto de preguntarle algo más, pero una voz me interrumpió.

— ¡Max, nos vamos! —lo llama, quien asumo es su padre.

   Se volteó para irse, y a mitad de camino se da la vuelta para saludarme con una sonrisa. Fue tan extraño e incómodo... me siento como una idiota por haber traicionado mi sentido común. Detesto a las personas así.

   A medida que el campeonato fue avanzando, lo veía constantemente, y ganaba más y más. Algo en él me llamaba mucho la atención. Quizá era su inusual temperamento frío y distante, aunque sabía ser carismático cuando le daba la gana. Sin embargo, tenía una sensación de desconfianza hacia él. Pero no podía evitar fijar mis ojos en su forma de correr, en su amigable sonrisa y sus claros ojos azules.

   Siempre donde miraba estaba él, inseparable junto a su padre y su casco. Aquel señor se veía muy serio siempre, siendo bastante exigente con Max.

   A penas éramos adolescentes. Aún estaba por cumplir los quince años, mientras que él ya los había cumplido hacía meses atrás. Fue un campeonato muy corto, pero a la vez intenso. Nuestras cortas edades hacían ver cómo todo costaba mucho más. En la clasificación final terminé tercera, por detrás de un italiano, y Max quedó como el campeón.

   Poco a poco esos rumores se iban convirtiendo en más que solo palabras, y tomaban la forma de lo que sería una realidad, y el contrincante más duro que la vida me podría haber dado.

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